Un grupo de investigadores, conformado por treinta y seis doctores en género —uno de cada género que ellos mismos inventaron—, acaba de proporcionar evidencia irrefutable de la existencia de lo que hasta hoy se consideraba un mito en la ciencia: el críctori.
El descubrimiento, según relata la activista trans y doctora en género a cargo de la investigación, Amira Mela Vergara, se debió a una serendipia, que es la manera rebuscada que tienen los académicos de referirse a la chiripa.
«Me pasó lo mismo que a Arquímedes», relató emocionada la Dra. Verdura, «me metí a la tina con un compañere no binarie y ahí le sentí toda la Eureka, es decir, el puro críctori de hombre».
En pos de la ciencia, la Dra. Vergoña replicó el experimento durante cuatro meses consecutivos con distintos sujetos de estudio y llegó a la conclusión de que solo el críctori masculino es plenamente identificable a la vista, al tacto y al gusto.
La Dra. Verguda dejará la tarea de la búsqueda del críctori femenino para las futuras generaciones, ya que sigue «muy clavada» en el «críctori de ongre».
Los resultados del estudio se publicarán el próximo mes en la revista de divulgación científica Glamour.
