Como es costumbre en el país opaco y corrupto al que estamos condenados, el Frente Amplio por México no presentará elecciones a su interior y no gestionará un proceso democrático para definir candidato rumbo al 2024: se presentará a las elecciones con la aspirante que han decidido los líderes de los partidos que conforman la alianza.
Xóchitl Gálvez, la candidata más indígena de la historia, se perfila como única opción del Frente porque Alito ya declinó a Beatriz, Santiago llora cuando ponen Rosa pastel y el PRD no se presentó; además de que Acción Nacional se siente muy cómodo con cobijar con toda su fuerza y recursos a una señora que, cada vez que alguien le pregunta por su filiación política, dice que ella no conoce a ese señor PAN que tanto le mencionan.
Así, las elecciones internas del FAM no existieron y resultó que, para sorpresa de todos, el proceso interno de elección de Morena fue más transparente y democrático, y eso que fue un marranero oink oink cui cui cui, que el de la alianza de los meros jefes de los partidos de siempre que ya no saben qué hacer para que no se les acabe vivir de trabajar de políticos.
