En los últimos años, una tribu urbana que parecía olvidada y en extinción ha recobrado fuerza y ha alzado la voz con valentía para hacerse escuchar en medio del griterío de las redes sociales.
Este grupo de gente, que además de gallarda es muy razonable y nunca reclama nada que no esté dentro de los límites del sentido común, se ha caracterizado por protagonizar nueve de cada diez trifulcas callejeras, sin que sea culpa de ellos, sino siempre de todos los demás.
Los ciclistas, o bicicletos, como también se les conoce en las calles, no habían tenido un día tan tranquilo desde aquel 2 de abril de 1817, día en el que el barón Karl Christian Ludwig Drais von Sauerbronn inventó la bicicleta.
Ayer por la tarde, una ciclista de la CDMX rompió el récord de recorrer más distancia en una bicicleta sin echar bronca ni grabar para insultar o quejarse en redes sociales de un automovilista, peatón u otro ciclista.
«Estuvo muy agradable este paseo», escribió la usuaria de Equis (antes tuiter) @sexiclista666, «qué tranquilo está todo, soy una persona muy feliz».
El último récord de distancia lo tuvo otro ciclista que en 1916 logró avanzar 814 metros sin proferir ningún improperio y se espera que la nueva marca de 1,008 metros perdure al menos hasta el próximo siglo.