Por: Becario EAD.
En uno más de sus habituales actos de congruencia con la justicia y el estado de derecho, el partido Morena de la CDMX exigió clausurar y demoler la casa de Chóchil Gálvez, por tratarse de una construcción ilegal, no cómo las 25 casas bienhabidas de Manuel Bartlet, quien tantas veces ha puesto el ejemplo de lo que una persona honrada puede lograr chambeando humildemente.
Mediante un comunicado, el partido que huele a playera mal lavada de El Tri, dio santo y seña de la casa donde los repartidores de plataforma llegan a dejarle el mandado y las tortas de tamal a la señora que no puede pronunciar las erres.
El lugar, según denunciaron, no cuenta con permisos de uso y ocupación, y mucho menos de acumulación de huipiles y gelatinas, por lo que pidieron que se investigue hasta por un probable conflicto de interés, pues fue la misma Chóchil quien entregó a los desarrolladores el permiso de construcción.
Ahora, sólo queda ver si de verdad las autoridades van a verificar, clausurar y demoler, o dirán que no puelen, para evitar la fatiga; y, en caso de que sí se animen, a qué circo le venderá la Chóchil tanta garra enorme y colorida. Ya ni la casa respetan, cómo serán.






