Por: becario EAD
¿Andas bien Mary Poppins y nomás no paraguas? ¿Andas brinque y brinque pero nada de parkour? Probablemente has vivido esta humillante situación y has sentido cómo se te para el mundo entero, menos la desta.
El equipo de erectólogos y, sobre todo, flacidólogos de EAD está aquí para decirte que no hay nada de qué avergonzarse, no eres menos hombre, eres un duro hasta en tus momentos más blandos, todo tiene solución menos la muerte… Y sabemos que quieres estar tieso pero no tanto, por eso traemos para ti 5 técnicas para combatir tu detallito y que no pare la fiesta, pero sí pare aquellito.
1. Relajación
Es importante que sueltes el cuerpo y no hagas de tu situación algo estresante, disfruta el momento y procura tu comodidad. Recuerda que para dejar de estar flácido primero debes de estar plácido.
2. Prioriza el juego previo
Para dar guerra, debe de haber roces previos. No te apresures, recuerda que aunque lo más divertido del sexo es el metesaca, hay otras actividades importantes como besar, lamer, chupar, o vestir a tu pareja de tu personaje favorito, por ejemplo de mona china o el oso Yogui. Esto puede excitarte al grado de que ya ni siquiera pienses en que necesitas la erección, sino que llegue solita. Otros juegos previos que puedes priorizar son los del Club de Futbol Monterrey: vete a verlos con tus amigos, llegas bien borrachito a tu casa a mimir y ya mejor ni la metes, qué flojera.
3. Piensa cosas bonitas
Como dijo el Chicharito: imaginemos cosas chingonas. No tienes que limitarte a tu aburrida realidad para ponerte duro, imagina que tu pareja es alguien más, acuérdate de esa actriz con la que siempre has querido estar, de aquella muchacha que viste paseando a su perro el otro día, o por ejemplo de Sandra Cuevas, la alcaldesa de la delegación Cuauhtémoc en la Ciudad de México. Si cierras los ojos, todo es posible.
4. Ten fe
Si la fe mueve montañas, ¿qué no ira a hacer con ese granito de mostaza?
5. Cacheteo
¿Quién te va a tocar mejor que tú mismo? Nadie te conoce mejor que tú. Puedes empezar con palmadas pequeñas y ver cómo evoluciona el asunto. Después puedes recurrir a movimientos más bruscos y estimulantes, sacúdete esa mala vibra. Si de plano nada de esto funciona, ni modo, cuando no te toca, ni aunque te toques.
