Por: becario EAD
Poco se habla de la noble labor que realizan los donantes de esperma, quienes entregan su energía vital para recibir muy poco a cambio.
La constante falta de reconocimiento y estigmatización de estos solitarios despachadores de vida los ha orillado a organizarse a través de un sindicato para exigir un trato digno y una remuneración justa, básicamente buscan que su trabajo ya no se vea como una jalada y se reconozca como lo que es: un jale.
Los «hermanos de leche», como se llaman entre ellos mismos, creen que su servicio es cada vez más demandado y su labor debe ser retribuida de una mejor manera.
«Hemos creado un sindicato porque ya estuvo suave de abusos», comentó Zacarías Blanco, líder del sindicato que convocó a varias eminencias de la industria de las semillas y los lácteos, «llevo años prestando mis servicios, alimentándome de la mejor manera, tomando suplementos de calcio y de más… nuestro trabajo vale y estamos seguros de que unidos jalamos más parejo, los hermanos de leche nos venimos con todo».
Erróneamente se cree que el donante de esperma anda como burro sin mecate, que solo se limita a eyacular en un vasito y que lo demás es pura paja, pero esta es la creencia que se busca erradicar y se espera que pronto se vuelva un trabajo como cualquier otro.
Dicho esto, recuerda que eres una fuente de materia prima inagotable, no se la eches al perro de manera irresponsable y, si puedes, cóbrala.
