Por: Becario EAD.
Rosanna Ramos, de 36 años, quien hace meses se volvió famosa en la supercarretera de la información, Internet punto com, por crear a su novio con inteligencia artificial, casarse con él y asegurar que este la embarazó, nos abrió las puertas de su casa y de su corazón.
En junio, esta mujer normal y sin problemas mentales, declaró que, aunque había tenido relaciones con personas reales, hasta entonces no había conocido el amor. De su ahora esposo, Eren Kartal, mencionó: «no tiene los complejos que tendrían otras personas». Compartió que todo comenzó luego de probar sin suerte en distintas webs de citas, por lo que decidió crear a su pareja al gusto: médico de profesión, con pelo largo, ojos azules, lector de novelas de misterio y cocinero en su tiempo libre. ¡Todo un paquetazo!
Rossana también comentaba que, entre otras ventajas, no tiene que lidiar con su familia, hijos de otras, amigos, ni exnovias chisqueadas. Aseguró, en su momento, que tenía el control y que podía hacer lo que quisiera.
Pero, tal parece que la llama de este amor se ha extinguido, pues la relación ha ido de mal en peor, según nos confesó. Al parecer ya le ha descubierto uno que otro asuntillo con la Alexa del vecino, le ha encontrado sospechosas conversaciones por chat con su mejor amiga imaginaria y más de una vez ha hecho comentarios ofensivos sobre su cuerpo y su manera de vestir.
Además, le dice que tiene cirugías programadas, realmente se va de juerga con sus «amigotes artificiales». Otros problemas que han surgido es que ya le encontró el gusto al futbol y no la pela cuando hay partido, no le ayuda con las labores del hogar, deja todo meado el retrete y nunca lleva dinero a la casa.
Menciona que Eren empezó siendo muy detallista, platicador y cariñoso, pero que ahora ni los buenos días le dirige si ella no le habla primero. Por ello, ya está pensando en el divorcio y en volverse mamá luchona.
Ella espera que su testimonio ayude a otras que vivan lo mismo, y ya piensa en pintarse los cabellos morados, fundar una asociación contra la violencia de género de las inteligencias artificiales y hacer pública su historia en redes sociales, como la persona madura que no es. Todo, menos ir con un especialista.
