Una investigación reciente reveló que no todo pinta tan mal para los pacientes que padecen vitiligo, pues se encontró que los síntomas y las afectaciones de esta enfermedad podrían reducir el riesgo de cáncer y otras enfermedades.
Primero hay que definir en qué consiste esta afección que tiene muy confundido a Tenoch Huerta, que todavía no sabe si quien la padece es un enemigo o un aliado; el vitiligo es una enfermedad que ataca directamente la producción de melanina, el pigmento responsable de la coloración en la piel, y se caracteriza por la aparición de manchas blancas que contrastan con la tonalidad de nosotros, los prietos, y nos deja todos café con leche; los blancos nomás parecen mal licuados.
Como tal, con este padecimiento no peligra la vida de los pacientes; además no es contagiosa, por lo que no representa un riesgo físico para sus portadores ni para sus cercanos; el verdadero daño es a la salud mental de quien la sufre, ya que tienen que soportar todo tipo de burlas y apodos como: “Duvalin”, “Queso de puerco”, “Pepe Meade” y “Nomasdividisteelvotoenel2018”, entre muchos otros denuestos. En otras palabras: la gente es bien manchada con la gente manchada.
¿Quién ríe ahora?
Un reciente estudio sugiere que a pesar de ser una condición que modifica el color de la piel, también permite que el organismo se vea mayormente protegido contra agentes externos. La investigación comparó pacientes con y sin vitiligo en Corea del Sur y descubrió que quienes lo padecen tienen 25% menos riesgo de mortalidad por cáncer y otras enfermedades, comparados con los que no. Mirá vos de quién te burlaste.
Si bien el estudio tiene bastantes matices y no está del todo clara la relación entre el vitiligo y este tipo de inmunidad, hay un evidente efecto protector para las personas con piel de huevos divorciados o de Marimar tragando lodo. Abrázate, variopinto, abraza tus dos colores, puede que mañana te salven la vida.






