Se hizo viral en redes sociales el video de un grupo de migrantes que cruzó ilegalmente por Tijuana la frontera entre México y Estados Unidos mientras del lado estadounidense se realizaban algunos trabajos de mantenimiento del muro.
La particularidad del video, y la razón por la cual los internautas lo compartieron y comentaron tanto, es que entre los que cruzaron se coló también un perrito al que los usuarios de redes sociales se refirieron como «el Firulai».
Todo era risas y diversión hasta que el equipo de redacción de EAD se puso a investigar el paradero del Firulai luego de abandonar su vida en México en busca del sueño americano.
Pocas horas después de que se tomó el video, un vehículo de un refugio de animales de San Diego, California, detuvo y subió al Firulai debido a que no traía collar ni placa.
Conforme a las leyes de su nuevo país de residencia, el Firulai fue puesto en adopción junto con los otros perros no identificados de la región, pero debido a que el perrito mexicano no domina el idioma inglés y cuando le dicen «sit» nomás se queda mirando como estúpido, ninguna familia oriunda quiso llevárselo a su hogar.
Por la vía del juicio expedito, Firulai fue condenado a la segunda peor inyección solo por detrás de la de carne: la letal.
Las autoridades migratorias estadounidenses ya contactaron al refugio animal para consultar si pueden replicar este modelo de manejo de crisis migratoria en sus propias agencias.
