Por: Becario EAD.
El presidente más humanista, menos militarista y líder supremo de las fuerzas armadas, Andrés Manuel López Obrador, pidió considerar que la agencia de contratistas del régimen, el otrora ejército mexicano, se hubiera visto en la penosa necesidad de recibir órdenes aquel 2 de octubre que ya se le olvidó a los votantes del MORENA y poner en la mesa que el verdadero verdugo fue: Felipe Gustavo Díaz Ordaz Calderón (otro Calderón). Esto en el marco del 55 aniversario de la matanza de estudiantes en Tlatelolco del 2 de octubre de 1968, cosa que antes se conmemoraba, pero con el Licenciado no sabemos si se vaya a empezar a festejar.
AMLO precisó que quienes participaron de manera directa fueron miembros del Estado Mayor Presidencial, que ya no existe, como la corrupción (guiño, guiño), mismos que se sentían los muy muy porque les tocaba cuidar al presi en turno.
El influencer de tiempo completo y mandatario cuando se puede también presumió que ahora sí contamos con un Ejército chido, que no le falla al pueblo (o sea: a él), ni a las instituciones que ya destruyó o que está por destruir (no es queja); y destacó que dicha instancia cumple muchas funciones, como la seguridad nacional (cuando les avisan con tiempo), brindar apoyo social, construirle caprichitos, administrar aduanas, hoteles y demás negocios, y auxiliar a la población en los desastres, menos el de su gobierno.
Por supuesto que nuestro líder macuspano dijo que esto no implica una militarización, porque, desde hace tiempo, a los soldados les inculcan derechos humanos y uso correcto de la fuerza. Suponemos que también estudios de género y crochet.
Finalmente, a un año del término de su mandato, pidió que evitemos manchar a la institución por las travesurillas de unos poquitos vagos, y dijo que en el Ejército al que se porta mal se le castiga, creemos que no los dejan salir a la calle y los ponen a ver las mañaneras para que no bajen las vistas.
También creemos que a muchos chairos les dio diarrea y se les fue el Internet.
