Por: becario EAD
A todos nos ha invadido la incertidumbre de haber hecho algo correctamente y nos empieza a carcomer la duda: «¿Sí se la saqué a tiempo?», «¿habré cerrado la llave del gas?», «¿el bebé que enterramos sí estaba muerto?».
Tal fue el caso de una familia mexicana que, después de que el IMSS diera por fallecido a su pequeño de 3 meses debido a las complicaciones que tuvo desde el parto, y pasar horas desconsolados, comenzó a sospechar que algo no cuadraba del todo. A los poco minutos, y como por arte de magia, recibieron una llamada inesperada.
Pocas cosas son peores que escuchar a un bebé llorando en un avión, una de ellas es escuchar a un bebé llorando en un cementerio por la noche, justo como le pasó a una pareja de adolescentes que acudían a un entierro clandestino nocturno (wink, wink) y se llevaron tremendo susto. En un principio pensaron que se trataba de algún fantasma o entidad maligna, pero para su sorpresa… ¡Era un bebé aún con vida!
De inmediato lo reportaron a las autoridades, quienes no tardaron en contactar a la familia, que se presentó al lugar y recibió la mejor noticia del mundo: su hijo estaba vivo. El recién nacido fue trasladado al hospital y se encuentra estable; por otro lado, los padres exigen una explicación por parte de las autoridades del IMSS y amenazan con proceder legalmente:
«No saben por todo lo que nos hicieron pasar… estábamos destrozados, aparte ya había vendido la cuna por el Facebook Market Place. ¡No pueden ser tan ineptos! Se tomarán acciones legales y exigimos una compensación», declaró el padre enfurecido.
A través de una tarjeta informativa, el Instituto Mexicano del Seguro Social aclaró que se trataba de una confusión por parte de su personal y que no volvería a pasar.
«Los niños siempre son engañosos», comentó uno de los médicos responsables.
Para evitar estos accidentes, mucha gente ha propuesto no enterrar a los muertos del IMSS de forma inmediata y recomiendan hacerle hoyitos a los ataúdes, como en las cajas de los pollitos de colores.
En cuanto a la familia, dicen estar más tranquilos y contentos con el recién llegado, aunque el padre dice estar un poco decepcionado porque no consiguió reembolso por el pequeño ataúd que tuvieron que comprar, mismo que ahora usa para guardar discos compactos y fotografías familiares.
