Por: becario EAD
Hace un par de años, el cantante Aleks Syntek dio a conocer su postura en contra del reguetón, especialmente de su contenido lírico. «Es mucho sexo, pero poco pudor y lágrimas», comentó en aquella ocasión en la que fue objeto de críticas y burlas, especialmente del público joven (su favorito).
En su más reciente entrevista, el intérprete de «Quítale lo aburrido, ponle lo divertido» dio su opinión acerca de los corridos tumbados, la que, para sorpresa de muchos, no fue tan tajante como la del reguetón.
Si bien, asegura que las letras le siguen dejando a deber, opina que las melodías son excepcionales y que los arreglos y acordes utilizados le fascinan, en especial los menores.
«Me han enseñado la música desde Peso Pluma hasta todos los que ahorita están de moda en corridos… No tengo problema con la música, pero el contenido es siempre igual: “Yo vengo de abajo, me superé, ahora soy poderoso, puedo contigo y todos, traigo muchas chavas”», compartió el d̶e̶p̶r̶e̶d̶a̶d̶o̶r̶ ̶s̶e̶x̶u̶a̶l̶ cantante mientras pestañeaba a un ritmo exorbitante, apretaba los ojos, acomodaba sus anteojos nerviosamente y emitía otros gestos que haría una persona que hizo algo terrible pero todavía nadie lo descubre. Lo normal en Aleks.
Aunque nadie lo ha invitado a colaborar, Syntek reconoció que sí estaría dispuesto a incursionar en los corridos tumbados, siempre y cuando le cumplan una condición: intervenir como compositor.
«Ya tengo varias ideas, es cuestión de que me hagan una propuesta y le entro… Podemos cantar cosas divertidas, no tiene que haber violencia… podemos cambiar la sangre por cátsup de La Costeña», dijo mientras tocaba un sintetizador imaginario en el aire, emocionado, pero a la vez nervioso y dando la impresión de que esconde un oscuro secreto. Lo normal en Aleks.
Luego de sus declaraciones, la entrevista ya no pudo continuar porque el cantautor se comportaba cada vez más sospechoso y sus constantes tics no lo dejaban comunicarse con los conductores de «Venga la alegría», quienes mandaron a un corte y lo ayudaron a abandonar el lugar mientras repetía el mantra «Uom Veram Dirim Da» entre dientes para tranquilizarse.
El equipo de redacción de EAD no sabe qué ocurrió después.






