«NOOO, MI COMPA»: Temach enfurece con beso de Peso Pluma y Nicki Nicole

Por: becario EAD

Nicki Nicole se presentó en el Pepsi Center de la CDMX y decidió tener como invitado especial a Peso Pluma para que le pagara unas Fantas y para cantar el tema «Por las noches». El cantante mexicano-libanés al que Nicki trae de pekinés subió al escenario contento, emocionado y hasta moviendo la colita, habiendo olvidando por completo la humillación a la que fue sometido por parte de la cantante argentina, quien en cierto podcast le dijo perro, que se la pela, que el Nata estaba mejor y que no sé qué.

A mitad de la interpretación, el público empezó a corear el famoso «BESO, BESO, BESO» y «La doble P» no perdió el tiempo, se armó de valor y se acerco lentamente a los labios de Nicki, la cual aplicó la famosa técnica de «La cobra» y esquivaba los intentos del cantante por juntar bocas.

Después de algunos incómodos segundos y frente a miles de miradas, Nicki sucumbió a la presión social y, aunque muchos no lo vieron porque desafortunadamente tuvieron que parpadear, besó a Hassan, o como ella lo conoce: mi pinche perro.

Ese pequeño instante en el que Nicki le perdió el asco al intérprete de «Lady Gaga», fue suficiente para que la gente asumiera que el noviazgo entre estos dos es una realidad. Peso Pluma estaba soñado y hasta se le salió el lápiz labial de la emoción. Nicki Nicole, de 1.38 metros, solo se enfocaba en que nadie la pisara (sobre todo Hassan).

El influencer, empoderólogo y munierólogo Luis Castilleja, mejor conocido en los bajos mundos del TikTok como «el Temach», «el Pelón» o «el Mesoplas», estaba mimidito, todo bonito, todo brilloso de la pelona, cuando de pronto lo invadió un presentimiento.

«NOOOOO, MI COMPAAAAAAA», se despertó gritando, increíblemente agitado y sudando frío.

El Temach había tenido un sueño terrible y rezaba para que no fuera cierto… pero sí lo era. Rápidamente inició una transmisión en vivo en TikTok, donde se mostraba furioso y decía una y otra vez:

«NOOOO, MI COMPAAAAA, NOOOO, MI COMPAAA, NOOOO», repetía mientras su pelona soltaba humo y se le quebraba la voz cada tanto.

«USTÉ ES EL PREMIO, USTÉ ES UN CABRÓN, MI COMPAAAA», gritaba desconsoladamente, pues sabía que ya era muy tarde, era inevitable, era un evento canónico en el que nadie podía interferir.

El influencer estaba al borde del llanto y terriblemente decepcionado, pero aprovechó para advertir a sus seguidores sobre los peligros del pagafanteo, el simpeo y el perreo (o sea, ser el perro de alguien).

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