El Gran Premio de Brasil fue testigo de un gran duelo de pilotos, cuando en las últimas dos vueltas de la carrera Fernando Alonso de Aston Martin y Sergio Pérez de Red Bull disputaron el tercer lugar en un enfrentamiento que se prolongó hasta el último instante.
Luego de un par de adelantamientos en la última vuelta, primero de Checo y después para recuperar la tercera posición de Alonso, los pilotos se enfilaron lado a lado hacia la meta, que el asturiano cruzó apenas con 53 milisegundos de ventaja sobre el tapatío, arrebatándole así el podio.
Incluso Max Verstappen, quien había concluido la carrera en primer lugar media hora antes, se emocionó desde las tribunas, donde ya estaba echando una cubita con su pareja, la apodada «novia de la F1».
Durante las entrevistas posteriores a la carrera, los protagonistas de este emocionante episodio automovilístico se fundieron en un abrazo y Alonso le pidió a Checo en tono de broma que no lo vuelva a poner en esta situación de estrés, porque ya chochea.
«Algunos dirán que 53 milésimas de segundo es muy poco tiempo», precisó el piloto de Aston Martin, «pero no es poco, es tiempo normal. Nunca hay que avergonzarnos de no ser máquinas».
Con este resultado, el piloto mexicano mantiene el segundo lugar en la tabla de pilotos y se vuelve a distanciar a 32 puntos de Lewis Hamilton, que terminó en octavo lugar y se durmió llorando y mordiendo la almohada.
