Apenas unas horas después de su llegada a la ciudad de Monterrey, Texas, para reforzar al equipo femenil de futbol [sic] de los Tigres de la UANL, la campeona del mundo con la selección española Jenni Hermoso convocó a una rueda de prensa para anunciar que no podrá cumplir con su contrato.
«Yo creí que un piquito era la humillación más grande que podía sufrir una mujer», comentó entre lágrimas la jugadora, «pero eso es porque nunca había visto un programa de Chavana».
Ante las preguntas de la prensa sobre cómo pensaba evadir su compromiso legal con el equipo regiomontano, la española respondió que su argumento será que, aunque ella leyó el contrato, aceptó los términos y firmó, nada de eso fue consensuado.
«La institución de Tigres, sus directivos y dueños ejercieron una presión desigual desde sus posiciones de poder y yo tuve que acceder a la firma, pero nunca estuve de acuerdo», declaró, «es momento de que las mujeres alcemos la voz».
Ni la FIFA ni la Liga MX se han expresado al respecto del conflicto, pero dados los antecedentes de la jugadora y ahora activista Jenni Hermoso, es casi un hecho que su argumentó será tomado como válido y uno o varios directivos de Tigres podrían quedar inhabilitados de por vida.
