El actual presidente de Argentina y enemigo del gel y los peines, Javier Gerardo Milei, se le fue al cuello a los «zurdos de mierda» durante su participación en el Foro Económico de Davos. El mandatario abrió su discurso advirtiendo del peligro que existe en occidente debido a las políticas socialistas que buscan dejar a todos el continente como a Venezuela y Cuba, dos paraísos del izquierdismo de cafecito.
El pibe Milei dio cátedra del desprecio que le tiene a la ultraextremaizquierda y hasta raspó muebles, como todo un guatemático de la canción, al afirmar que los gobiernos no son la solución a ninguno de los problemas, sino el problema mismo. Por otro lado, el lado del fondo a la ultrarrecontraderecha, les aventó flores a los empresarios, quienes lo miraban con embelesamiento de colegiala en celo.
Otro raspón que dio el líder ultraconservador y cosplay de Rich Hunter de Robotech fue hacia las feministas y defensores del medioambiente, que, según él, no son otra cosa más que caballos de Troya, que el socialismo ha colado en todo nada más para chingar la madre.
«Ustedes sabrán, pelotudos. Si quieren seguir hambreados y pobres, síganle del lado siniestro. Si quieren tener para la milanesa y el bife, vénganse del lado correcto, el de la diestra», o algo así agregó Milei, mientras le echaba ojitos a la Kristalina Georgieva (¿cómo chingados te vas a llama Kristalina con K? ¡No digas meriyeins!), directora del Fondo Monetario Internacional, o sea, la señora de los dineros.
Para rematar de volea, el príncipe gaucho de la defensa del capitalismo cerró su discurso con su icónica frase: «¡Viva la libertad, carajo!», lo que seguramente hizo llorar de rabia a más de algún zurdo de mierda.