Empresa prohíbe a sus empleados estar en calzones aunque estén en home office

Por: becario EAD

A diferencia de algunos miserables que no tienen vida fuera de la oficina y ahora exigen volver al formato presencial, para muchas personas, el trabajo remoto ha traído todo tipo de ventajas: despertarse 5 minutos antes de que empiece su jornada laboral, la famosa siesta de dos horas a medio día, poder echarle güisqui a su taza de café, pero sin duda, la mejor de todas, ha sido poder trabajar en calzones.

Mucha gente asegura haberse dado cuenta de que los pantalones afectaban directamente su rendimiento en el trabajo, volviéndolos más torpes y retraídos. Es por eso que la pandemia trajo consigo a una criatura llamada el “Centauro Godínez”, que se caracteriza por ser una persona seria y bien vestida de la cintura para arriba, pero de la cintura para abajo ser una bestia calzoncilluda.

Se ha viralizado el caso de una empresa que se pronunció abiertamente en contra de esta práctica. Era un martes común y corriente para los empleados de la agencia de publicidad “Hard Cock Solutions”, la cual es 100% mexicana, pero tiene nombre en inglés para darle un toque más fresco y moderno.

Miembros del equipo a cargo del licenciado Urrutia entraron a su junta semanal para revisar los avances de algunas de sus campañas, presentar reportes y verificar que sí entregaron su papeleo anoche. La reunión de Zoom no había tenido mayor inconveniente, el audio casi no se trabó, la grabadora del fierro viejo no interrumpió mientras hablaban y casi no surgieron dudas, simplemente comentarios.

El problema surgió cuando uno de los trabajadores, olvidando que tenía la cámara prendida, se paró a servirse más café con güisqui y todos fueron testigos de que no traía pantalones y solo traía puestos unos boxers ya todos guangos y transparentosos. Al licenciado no le causó ni un poco de gracia y le pidió que se pusiera algo inmediatamente. Después, ya dudando de todos, le pidió al resto del equipo que se pararan y le mostraran lo que traían puesto, solo para darse cuenta de que sus sospechas eran ciertas.

Ningún trabajador tenía pantalones, pero sin duda los que más impresionaron fueron, Hugo, el diseñador, que traía calzones de encaje y unas medias de red; Nayeli, de recursos humanos, que estaba en tanga y el licenciado Urrutia tuvo que pedirle que se diera una vuelta porque no lo podía creer; y Osmar, del área de investigación, que estaba totalmente desnudo de la parte de abajo y estaba como el Pato Donald, con pura camisa.

El licenciado se sintió un tonto por ser el único en pantalones y hasta fajado, por lo que decidió comenzar a hacer una revisión sorpresa diariamente para verificar que todos tengan pantalones. Por ser la primera vez, nadie fue despedido, pero ya están advertidos. Nayeli, por alguna razón, recibió un aumento.

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