Señor de la tercera edad tarda dos horas en completar un pedido en Drive-Thru

El octagenario Guillermo Horto, empresario desde sus tiernos veintes, obstruyó el servicio de una cadena de comida rápida, pues pasó dos horas peleándose con el operador del Drive-Thru.

El señor Horto alegaba que en sus tiempos, para hacer los negocios, la gente se miraba a la cara, para darse cuenta si lo estaban timando o si el negocio se podía concretar. Lamentablemente, para los hambrientos clientes que esperaron en la fila todo ese tiempo, al empresario se le resbalaron las mentadas de madre que le lanzaban y el empleado no podía cortar la comunicación por protocolo.

En su primera vez comprando en un Drive-Thru, el señor Horto supuso que la venta sería como siempre: con una persona que intentara timarlo de frente. Para desgracia de todos, se llevó una sorpresa al encontrarse con una voz que desde una bocina le dijo: «Buenas tardes, bienvenido a McDoneld’s. ¿Puedo tomar su orden?», acción que lo hizo empezar a darle lecciones de negocios de generación boomer al miserable estudiante al que le tocó atenderlo.

«Fue horrible, el señor no dejaba de hablar y yo no podía hacer nada. Sabe qué me dijo de los negocios y de la atención al cliente. Y yo solo podía ofrecerle las promociones del día, incluyendo aumentar de tamaño sus papas y refresco, y preguntarle si quería agregar algún postre a su pedido», declaró, profundamente afectado, el empleado de la cadena de restaurantes de comida rápida, a quien le urge graduarse de la carrera de diseño gráfico para empezar a cobrar sus quincenas en dólares.

Ante esta situación y para matar dos pájaros de un tiro, el gerente de la sucursal, Brayan López, aseguró que la cadena evaluará imponer un tiempo específico para hacer los pedidos por este medio, pues así también podrán deshacerse de las señoras indecisas que terminan comprando solo unas papas.

Acerca de Fede

Fede

Profesor en Escritura Creativa. Lingüista y estudioso de escrituras expandidas y poéticas experimentales.