Selló su pene y su destino: Fallece joven por usar Kola Loca como método anticonceptivo

Aunque no está diseñado para eso, el ser humano puede hacer hasta lo imposible para convertir al sexo en un simple acto de placer hedonista, en lugar de usarlo estrictamente para lo que es: procrear vida.

Tal fue el caso de Mariano, un joven chiapaneco de 22 años que pasaba una velada tranquila junto con su novia. Más temprano, el incauto había recibido un mensaje de la pícara muchachona que decía «Vamos a hacer cosas de adultos», pero para su sorpresa, ella no se refería a ver cine de arte, sino a la penetración vaginal, bucal y anal.

Así como Mariano, todos hemos cometido el error de no llegar preparados para la ocasión. Es por esto que, además de vernos en situaciones incómodas, como que te vean los calzones todos balaceados o los boxers navideños que te regaló tu abuelita, tenemos que encontrar la manera de valernos de lo que tenemos a nuestro alcance para practicar el llamado “sexo seguro”.

A falta de preservativo, la pareja buscó alternativas para sustituir este método anticonceptivo. La primera opción fue una bolsa del súper, pero no encontraron porque en México ya no dan bolsa. Luego optaron por usar un calcetín, pero no iba a funcionar porque no encontraron ninguno que no tuviera un hoyito. En su desesperación, Mariano, ya más duro que el más duro de México, Natanael Cano, vio un frasco de Kola Loka mal parado y tomó la última mala decisión que tomaría en su vida.

La idea era simple. Con el pincelito del poderoso pegamento, el ahora difunto estaba decidido a crearse una especie de tapón para impedir el paso de todo lo que se atreviera a salir de su uretra, pero olvidó algo muy importante de la Kola Loka: PEGA DE LOCURA.

El joven selló su pene y al mismo tiempo, su destino. Bastó una sesión de la fechoría (la travesura, la marranada, el palíndromo) para que el joven se la empezara a pasar bien raro y su miembro viril comenzara a parecer una pera invertida. Mientras que su novia insistía en que buscaran atención médica inmediata, Mariano decidió hacer lo que haría cualquier hombre en su lugar: esperó a curarse o solo o morir.

El resultado fue el previsto. Resulta que sellar su pene provocó un efecto parecido al de un carro cuando le tapan el escape con una papa. Básicamente su cuerpo hizo corto circuito por no poder desechar toxinas y demás fluidos que salen del pipó, provocando un fallo multiorgánico (no multiorgásmico) que se pudo haber evitado si hubiera seguido el plan divino y la hubiera metido sin protección.

A pesar del terrible desenlace, al escuchar la noticia muchos peneportantes sostienen que sellarse el pene sigue siendo mejor opción que el condón, al que muchos describen como «una prisión de látex».

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