Los científicos de la NASA estaban teniendo un día totalmente normal, cuidando que Jacobo Grinberg siga congelado en su bóveda secreta, fingiendo que sí llegaron a la luna y cumpliendo el sueño de todo niño bulleado siendo astrónomos, cuando uno de sus radiotelescopios detectó una señal un tanto inusual.
Al decodificar la extraña frecuencia, una de sus computadoras empezó a emitir sonidos todos galácticos y raros. Aunque al principio pensaron que se trataba de una nueva canción de Zoé o de alguna banda de rock experimental, no tardaron en deducir que se trataba de un mensaje de procedencia extraterrestre en un lenguaje que jamás habían escuchado.
No cabía duda de que estaban frente a un hallazgo sin precedentes. Los investigadores se encontraban emocionados, pues esto podría cambiar nuestra percepción acerca de lo que conocemos del universo, por lo que se propusieron descifrar el mensaje a como diera lugar.
Para esto convocaron a especialistas de todo el mundo que podían ayudar a traducir esos peculiares sonidos alienígenas, incluidos el Dr. Jaime Maussan, el mejor ufólogo del mundo, León Larregui, apasionado del espacio y presunto extraterrestre, y la señora que salió en Venga La Alegría diciendo «me amo, te amo, anehame anehake», una de las pocas lingüistas intergalácticas que existen.
Todos los involucrados en esta investigación tenían altas expectativas sobre el contenido de dicho mensaje. Después de horas en la ardua labor de traducción, se encontraron con que no se trataba de un mensaje de proporciones galácticas, ni contenía sabiduría alienígena ancestral como ellos pensaban, sino que, más bien, era una especie de monólogo que en español termina siendo algo parecido a lo siguiente:
«No mames, Fernanda. No me dio asco, hermosa. No, te lo juro que no. Simplemente me acababa de bañar y no quería llenarme de… de pucha la boca. Jaja. O sea, Fer. Cualquier vagina tiene como una babita… no me da asco, me encanta. Te lo juro, yo me la como delicioso, pero me acababa de bañar y no me quería ensuciar así, Ferni…».
Los expertos aún no están seguros de si se trata de algún tipo de broma por parte de nuestros hermanos extraterrestres, o si simplemente interceptaron un mensaje que por alguna razón estaba viajando a través del vasto cosmos, pero, después de varias interpretaciones, los investigadores concluyeron que es muy posible que los aliens sí tengan genitales y prácticas sexuales parecidas a las nuestras, desmintiendo el mito de que hacen el amor como Kali Uchis: por telepatía.
Esto también explica por qué no han llegado a nuestro planeta, pues parece que no les gusta bajarse.