El único país que estuvo cerca de ponerle en su madre a los gringos en economía, la República Popular China, ya hizo lo que los güeros no han podido hacer desde la hazaña del Apolo 11, aunque muchos conspiranoicos dicen que fue puro fake. Los chinos lograron que la sonda Chang’e 6 recogiera, por primera vez en la historia, muestras de la cara oculta de la Luna o, lo que es lo mismo, el trasero de nuestro único satélite natural. Lo que equivale a lo que le paso a un tío cuando su novio recogió muestras de su lado oscuro, pero esa es otra historia.
Esta misión convierte a China en el primer país que ha logrado recolectar muestras lunares de la cara oculta de nuestro satélite natural, lo que lo coloca en la carrera espacial junto a Estados Unidos y Rusia, luego que se terminen de pelear por lo que queda de Ucrania. Por su parte, la sonda, ya se encuentra de regreso en la Tierra y será cuestión de días para que los científicos nos digan qué encontraron. Solo esperamos que no sea alguna enfermedad que cause otra pandemia, porque así se las gastan nuestros amigos chinitos.
«Es implesionante, loglamos lo que nadie había podido hacel en la histolia de la humanidad. Lo que sigue es lleval a un chino para que pise el lado oculto de la luna. Eso, sin duda, nos abrilá los ojos a nuevas posibilidades», compartió el director del proyecto, mientras desayunaba algún platillo de murciélago. Porque serán muy chingones para llegar a la Luna, pero son muy pendejos para contener sus bichos y su apetito.
Ahora, el siguiente paso para estos exploradores siderales chinos es realizar la misión Chang’e 7, la cual está programada para llegar al polo sur lunar en 2026, con el fin de buscar depósitos de hielo de agua. A la par, ya preparan la misión Chang’e 8, que explorará en 2028 posibles usos de los recursos que su predecesora descubra y sentará las bases para una exploración tripulada en 2030. Míralos, lo que no podrían lograr si abrieran los ojos bien.
Por su parte, el presidente de China, Xi Jinping, extendió sus felicitaciones por el éxito de la misión y destacó «el esfuerzo de China por convertirse en una potencia espacial y tecnológica», muy por encima de los «pinches gringos culeros», agregó en un perfecto mandarín, pero como golpeado. Además, se alegró de no tener que sacrificar a los astronautas, quienes, en caso de fallar, habrían sido sentenciados a la horca. Un final feliz en toda la extensión de la palabra.