Seguramente alguna vez has estado tranquilo navegando por la web, cuando de pronto te aparece una mujer obesa mórbida de cuerpo diverso frente a un micrófono contando la historia más inverosímil que has escuchado en toda tu vida.
Probablemente se trata de “La Fatshionista”, una podcaster a la que algunos llaman “porkaster” y que se ha popularizado estos últimos meses por compartir anécdotas de su vida amorosa que son tan creíbles como tu abuelo contándote que se peleó a machetazos contra el diablo en el monte.
Esto se debe en parte a que sus testimonios, como su cuerpo, están repletos de inconsistencias. Por ejemplo, se han viralizado clips en donde describe a sus pretendientes como príncipes (curiosamente como sus galletas favoritas) que se desviven por ella y le insisten para tener relaciones, a lo que ella dice resistirse y mejor decide darse su taco, que más bien serían como 6 órdenes con queso y doble tortilla de harina.
Esos galanes, dioses griegos y modelos de revista que supuestamente suelen fascinarse por esta chica, que más que chica, es jumbo, seguramente son como su cintura: no existen. Pero mientras todo mundo la cuestionaba preguntándole «¿Esos ligues están contigo en esta habitación?», decidió llevar su delirio al máximo y desconchinflarnos el inventómetro a todos los que lo vimos.
La Fatshionista asegura que conoció a un muchacho de Bumble en el 2013, cuando todavía no existía Bumble. Este ser imaginario resultó ser un multimillonario que, como si fuera una comedia romántica, fingía ser un chico normal para que lo quisieran por su corazón y no por su dinero. Tuvieron una cita espectacular, conoció su departamento, se dejó tomar fotografías eróticas porque el millonario también resultó ser un artista y lo más probable es que luego despertara teniendo que cambiar de sábanas.
Al escucharla narrar ese sueño húmedo tan convencida de que era real, mucha gente comenzó a cuestionarla, sobre todo porque ya existen varios relatos eróticos en foros de internet que empiezan de la misma manera.
La famosa podcaster se sintió acorralada y se dio cuenta de que su chistecito, como el puño de Cheetos que acababa de agarrar, se le estaba saliendo de las manos. Rápidamente hizo un comunicado explicando la situación y, como todo influencer haciéndose la desentendida, aseguró que todo era un experimento social: «¿Neta se la creyeron? Es un personajeeee, era de chill, o sea, mentirosa no soy… Es sátira, es #humor, además de la comida, me encanta la comedia…», compartió en sus redes, dando a entender que todo era en pos del contenido, sobre todo calórico, y estaba interpretando a un personaje que sufre de obesidad y mitomanía.