Todos alguna vez nos hemos encontrado con un «Yo ya gané, amigas» en el que la “traveler carpe diem” presume a su novio extranjero como si se tratara de una mascota exótica que acaba de domesticar.
Si bien, subir contenido con tu pareja es algo normal, y relaciones como las de Alex Marín nos demuestran que incluso puede llegar a ser algo emotivo y monetizable, lo que se les cuestiona a esas chicas con novio extranjero es el énfasis que le hacen a su nacionalidad y la manera que tienen de exhibirlos como si se tratara de un souvenir de su último viaje a Europa.
Se ha viralizado el caso de Boris, un joven francés que fue víctima de una novia mexicana que no lo quería realmente y en realidad solo lo usó para crear contenido en redes sociales. Boris asegura que cayó en los encantos de su ahora exnovia porque, a diferencia de las mujeres europeas, que suelen ser más frías y rígidas, las latinas cuentan con una fogosidad a la que no estaba acostumbrado:
«La primera vez que la vi bailando en el club no lo podía creer… nunca había visto a nadie mover las caderas así, me la puso como baguette de tres días…», compartió el francés, que aprendió perfecto español cuando grababa TikToks con la que ahora llama “La Innombrable”.
Después de nueve meses viviendo juntos, en los cuales aprendió a alburear, a comer picante, a mandar a chsm a Karla Panini y al América, y demás costumbres y tradiciones de la cultura mexicana, Boris comenzó a notar que su pareja estaba abusando de las publicaciones que iniciaban con «mi novio francés», lo que, además de hacerlo sentir objetivizado, levantó sospechas sobre la existencia de un tercero al que le quería dar celos.
No debería sorprendernos que, detrás de cada chica que presume a su novio europeo, hay un chacal en su país de origen al que todavía no supera. Repleto de inseguridades, Boris aprovechó la menor oportunidad para tomar el celular de su chica y al revisar los chats archivados, estaba un tal “Kevin”, al que, de manera explícita, le decía que extrañaba el sexo sucio, pero no por falta de higiene como el de los franceses, sino ese que es salvaje y descontrolado que solo alguien color cartón mojado puede ofrecer.
Era un hecho, le estaban poniendo el cuerno, o como dicen en su natal Francia: le estaban poniendo el croissant. Humillado, derrotado, víctima de una mala mujer, el novio francés que tantos «Dios, ya me cansé de ser espectadora» despertaba en los comentarios de TikTok, decidió sacar las maletas de su pareja del departamento que compartían al sur de Francia y terminar la relación de manera definitiva.
«AMIGOS EXTRANJEROS, NO SE FIJEN EN LAS LATINAS, SE MUEVEN MUY RICO, PERO SOLO LOS VAN A UTILIZAR PARA SUBIR TIKTOKS…», fue su última publicación en la plataforma X. Su ex ahora se está quedando en un hostal y anda en busca de su siguiente víctima.
