Son muchas las personas que, al consumir sustancias psicodélicas, o como les llama tu amigo que ya se viste como si estuviera guiando una ceremonia de temazcal, “la medicina sagrada”, aseguran haber tenido una experiencia mística y reveladora, que incluye ver patrones geométricos a su alrededor, oler colores, ver sonidos, escuchar voces, identificar si alguien es bueno o malo con tan solo verlo, y demás síntomas que también reportan los pacientes con esquizofrenia.
Estos estados expandidos de consciencia suelen ser una experiencia transformadora, pero no todos están contentos con los resultados. Se ha viralizado el caso de Emiliano Salido, un joven mexicano que, por querer darle un giro a su mente, se le terminó volteando por completo, y por querer «salir de la Matrix», terminó saliendo del clóset.
«No sabía que a eso se referían con «abrir el tercer ojo», por un momento pensé que me metí un popper… Fue un mal trip, definitivamente, pensé que ya me iba a conocer a Juan Gabriel, pero al parecer solo me convertí en él…», compartió entre risas en su cuenta de TikTok, donde ahora hace «story times» y lee «chismecitos», como muchos otros gays de la plataforma.
La sustancia que consumió Emiliano es LSD. Nadie sabe realmente qué fue lo que vivió, ni qué fue lo que vio, ni por qué rayos pensó que había sido un popper, pero el joven asegura haber sido una persona completamente heterosexual antes de ese viaje de “ácido”, pues, aunque sí se vio todas las temporadas de Grey’s Anatomy, y se sabía completa la letra de “Rosa pastel” de Belanova, nunca se había sentido tan gay como ahora.
Con el humor y las ocurrencias que caracterizan a los gays, Emiliano bromea y dice que no se siente completamente gay, sino que experimenta algo que él llama “ideación homosexual”, que se le presenta en forma de tentación por ojear a su vecino de mingitorio en los baños públicos para «ver de qué están hechos», una intensa curiosidad por saber qué se sentirá que te raspe los labios un barbón, o, aunque apenas tiene 26 años, ansiar tener cuarenta para ir a que le chequen la próstata.
Aún no se logra determinar si este extraño fenómeno se debe al consumo del psicodélico o ya contaba con una predisposición para que se le manifestara esta condición, pero los especialistas sospechan que le sucedió algo parecido a lo que les pasa a muchos hombres cuando toman algunas bebidas alcohólicas como la Tecate light o el Gin & Tonic, o comen algunos alimentos como ciertos rollos de sushi, los poke bowls, o el pene. De algo sí están seguros, el de Emiliano fue un viaje sin retorno.