Un sorpresivo resultado ha dejado perplejos a médicos, fans y uno que otro colaborador de la farándula, pues Daniel Bisogno, el siempre polémico conductor de televisión, ha anunciado que experimentó una transformación que jamás habría imaginado, ya que su orientación sexual cambió tras recibir un trasplante de hígado. Según Bisogno, el nuevo órgano no solo le ha dado una segunda oportunidad de vida, sino también una nueva oportunidad para dejar la jotería.
Fuentes cercanas al caso revelan que el hígado donado pertenecía a un hombre de 72 años, originario de Puebla, que fue descrito como un «macho hecho y derecho, de los de antes». «Nos han dicho que este señor no perdía una sola oportunidad de coquetear con todas las enfermeras cuando venía al hospital», informó un trabajador anónimo. Con razón, el «Charro de Huentitán», don Chente Fernández, nunca quiso que le transplantaran los órganos de un homosexual y prefirió irse a los brazos de papá Dios.
Bisogno, conocido por sus ácidos comentarios y su presencia en el programa de espectáculos «Ventaneando», asegura que ahora quiere explorar una nueva faceta en lo que le queda de vida. «Ni yo me lo explico, queridos amigos, pero desde que me desperté de la cirugía, lo primero que pensé fue en abrirme una cuenta en Tinder para buscar chicas fogosas. Es como si algo en ese hígado hubiera cambiado mis necesidades, porque ahora me siento más interesado una pelea de box que en el mitote de la farándula», confesó Bisogno en un tono cachondo.
Por su parte, los médicos del hospital, quienes han catalogado el caso como un fenómeno sin precedentes, aseguran que jamás habían visto algo así. «Normalmente, un trasplante de hígado puede mejorar la salud del paciente, pero cambiar la berenjena por la papaya… eso es nuevo», comentó el Dr. Alfonso Herrera, quien llevó a cabo la operación.
Las reacciones en el mundo del entretenimiento no se hicieron esperar. Paty Chapoy, su compañera de programa, comentó al respecto: «Jamás pensé que, luego de conocer a Daniel por tantos años y sabiendo lo que le encantaba el camote, ahora resulta que va a andar detrás de sus compañeras y maquillistas. ¡A ver cómo nos va!».
