El eminente médico de la Ciudad de México, Dr. Sergio Gutiérrez, está viviendo una de las crisis más profundas de su vida. Según fuentes cercanas, el prestigioso cirujano cayó en un abismo existencial después de ser tratado como una persona común mientras paseaba sin su bata en la vía pública. El detonante de este traumático evento fue el hecho de que ningún transeúnte lo llamó ‘doctor’ durante todo su recorrido.
El Dr. Gutiérrez, quien ha dedicado más de 30 años a su profesión, salió una mañana decidido a comprar su habitual café. Sin embargo, al no llevar puesta su icónica bata blanca, fue ignorado por completo por las personas con las que interactuó. «Me acerqué al barista y me dijo: “¿Qué le sirvo, señor?” Fue en ese momento cuando supe que había perdido mi identidad. “Señor, ¿qué leche va a querer?”», relató Gutiérrez, profundamente consternado y con la voz quebrada.
Fuentes cercanas aseguran que en un acto desesperado por reafirmar su estatus, el médico sacó una receta médica de su cartera e intentó mostrarla como prueba irrefutable de su prestigio, pero sus esfuerzos fueron en vano. Este episodio marcó el principio de un colapso emocional para el Dr. Gutiérrez, quien asegura que nunca antes se había sentido tan vulnerable. «La bata no es solo una prenda, es mi identidad, mi escudo. Sin ella, es como si fuera una persona común, de esas que tienen que esperar su turno en la fila del banco o, peor aún, pedir citas médicas por teléfono», confesó el médico, poco antes de hacer énfasis en todo el tiempo que se quemó las pestañas para terminar su carrera.
La crisis del Dr. Gutiérrez ha abierto un debate entre la comunidad médica sobre la importancia de llevar la bata en todo momento, incluso fuera del entorno laboral, pues muchos colegas opinan que es una prenda indispensable para distinguirse de los mortales y simples seres humanos. «Sin la bata, ¿cómo sabrá el mundo que somos superiores? Es la única forma de garantizar que se nos trate con el respeto que merecemos», aseguró un cirujano plástico, quien inclusive confesó que suele usar doble bata por cualquier contratiempo.
La situación ha llevado al Dr. Gutiérrez a considerar medidas drásticas. «Estoy pensando en tatuarme un estetoscopio en el cuello, para que no vuelva a ocurrirme esto», afirmó. Mientras tanto, su familia también sufre las consecuencias. Su esposa, Alejandra, ha declarado que Sergio ha comenzado a presentarse en casa con su bata puesta a todas horas del día y ha llegado hasta a dormir con ella, con tal de que su esposa tampoco olvide con quién se casó.