El presidente de los restos desperdigados de este país que llamamos México, Andrés Manuel López Esquivador, acudió a Veracruz para inaugurar el Centro Cultural «Leyes de Reforma» donde fue recibido por un grupo de manifestantes que le gritaron sus verdades. Lo que explica por qué ya prefiere llegar a donde no haya gente que le diga de cosas y mejor se meta en cuarteles o ni se baje de su helicóptero. Aunado es este cálido recibimiento, el presidente alcanzó a esquivar un botellazo que por nada lo baña de lo que esperamos que haya sido agua y ni miados.
Justo antes de entrar al recinto donde se llevaría a cabo el acto protocolario, una botella de Electrolit voló cerca del mandatario mexicano. Por fortuna, gracias a sus buenos reflejos y arduo entrenamiento en el apasionante mundo del fildeo, el Licenciado salió ileso y seco de tan artero ataque. Eso sí, en ese momento nadie supo quién fue el pendejo con tan mala puntería, pues nadie se lo adjudicó. Lo que sí vinieron después fueron una serie de acusaciones entre los manifestantes de la asociación de Juzgadoras y Juzgadores Federales (JUFED) y los chairos que iban a echarle porras a su tlatoani.
La JUFED condenó las provocaciones de personas (léase mandriles) que, durante una protesta pacífica, lanzaron objetos al presidente y al gobernador del estado de Veracruz. Y, la verdad, es que quienes tienen la costumbre y la fama de aventar cosas y comportarse como primates con los morenistas. La verdad. Inclusive, en redes sociales se identificó a un simpatizante de Morena como el presunto agresor del presidente, de acuerdo con un video grabado en el lugar de los hechos.
Por su parte, el susodicho, de nombre Jorge Cedillo Guevara, recurrió a sus redes sociales para negar la acusación, aunque sí reconoció que aventó una botella a los trabajadores del Poder Judicial, pero, por obra de Satanás, rebotó en un paraguas y fue a dar hasta el lugar donde pasaba el Licenciado. «Yo, la neta, tengo bien buena puntería, porque a esto me dedico, aviento cosas a los fifíes. Pero nunca quise que le llegara a mi presidente, a quien le debo todo», declaró, palabras más, palabras menos, Jorge Cedillo, mientras se daba cuenta de que ya lo habían sacado del programa de becas Jóvenes Construyendo el Futuro.
«Estoy enterito, la pude esquivar, incluso la iba a agarrar, pero me iba a ver muy mamón. Es más, ya me dieron ganas de ir a macanear al campo y luego a Nayarit. Ah, no, para allá ya no voy. Mejor me voy a Sinaloa. Uy, ahorita ni me paro por allá. Ahí para la otra», habría comentado el Licenciado en torno al suceso, durante su morning show. Lo importante es que está sano y salvo, y que sigue manteniendo ese humor que lo caracteriza.