Ponerle nombre a tu retoño tendría que ser un proceso especial, bien pensado, al que dedicas tiempo valioso, por lo menos el suficiente para que no le lluevan burlas y bolas de papel cada que la maestra lo mencione al pasar lista. Lamentablemente esto les importa muy poco a algunos prófugos del DIF, en especial padres jóvenes, que, con la ligereza de alguien que está bautizando a su Tamagotchi, nombran a sus hijos como los personajes o celebridades que estaban de moda en el momento en el que decidieron comerse la torta antes del recreo.
Esto explica por qué hay generaciones enteras con nombres de Power Rangers, de algún mono chino, de los personajes de RBD, o hasta de conductores de programas matutinos, además de que resuelve el misterio de por qué nacieron tantos Facundos en el 2007, cuando fue el apogeo del programa Incógnito.
Por supuesto que este fenómeno se tenía que hacer presente tras la popularidad de La Casa de los Famosos México, la cual nos ha regalado los nuevos nombres para los futuros alumnos de turno vespertino que tendrán que explicar que se llaman así porque su mamá era muy fan del Team Mar.
Según algunos medios de comunicación y un titular de la Oficialía Segunda del Registro Civil de Tampico que aprovechó la situación para andar de lucidito, ha habido un aumento considerable de bebes recién nacidos registrados con los nombres de prácticamente todos los participantes del reality, con excepción de Gomita.
Aunque nombres sofisticados que sí están chidos forman parte de esta tendencia, como Adrián Marcelo, Adrián a secas, o Marcelo, así por separado, se ha reportado que la mayoría de los bebés “post-reality” son nombrados en honor a los cinco finalistas.
Tal es el caso de Mario, un nombre que iba a la baja desde el incidente de Mario Aburto. Luego está Gala, perfecto para esas niñas que seguro le dieron muchas patadas a su mamá durante el embarazo (y a veces hasta años después). Arath, un nombre muy ad hoc, considerando que todos los bebés nacen llorando. Y por último Karime y Briggitte, nombres que en un futuro escucharás mucho en las micheladas de La Lagunilla.
Realmente no sabemos qué será de estos niños al crecer. La gente podrá decir que sus padres son unos inconscientes, ignorantes, mamarrachos, nacos y estúpidos, disfruten lo votado, y demás descalificativos, pero al menos colaboraron para aplanar la curva de la epidemia de Brayans, Kevins, Brittanys y Kimberlys que ha sembrado el terror durante las dos últimas décadas.