«Es que no encontré ninguna máscara de Mbappé»: tunden a joven por hacer “blackface” en fiesta de Halloween

Idear un disfraz novedoso y original para una fiesta de Halloween puede ser algo retador. Por eso es que cada año abundan las máscaras de “V de Vendetta” (la del anonimus XD, para los que no son zoofílicos y no saben de cine); gente que se disfraza del Ghostface por quinto año consecutivo, aunque la máscara ya esté amarillenta, toda percudida; o chicas que agarran ese liguero que compraron en Shein y ya solo se encargan de elegir cuál es el oficio que van a sexualizar esa noche.

La labor de encontrar el disfraz perfecto se ha complicado aún más los últimos años. La corrección política ha introducido conceptos como “apropiación cultural”, “usurpación corporal”, “expropiación identitaria”, y demás términos que casualmente nunca se utilizan cuando un hombre se disfraza de mujer en su vida cotidiana.

Se ha viralizado el caso de Gael, un joven regiomontano que, víctima de su ignorancia, asistió a una fiesta de disfraces, de esas que hacen dos semanas antes de Halloween porque algunas personas no pueden esperar para andar de luciditos, caracterizando a Kyilian Mbappé, futbolista de tez opaca y apellido camerunés, pero que es más francés que el beso de lengua para la federación francesa de futbol.

Realmente la intención de este muchacho no era burlarse de la gente “de color”, pues él, como persona incolora, siempre ha respetado todas las razas, e incluso tiene una exnovia morena. El problema fue que le avisaron con muy poca anticipación de la fiesta, y lo único con lo que contaba para disfrazarse era la jersey de Francia del mundial 2022.

Como en el escuadrón francés no hay ningún güero de rancho al que pudiera caracterizar, Gael vio como la única opción viable pintarse todo el cuerpo con polish para calzado color negro y encarnar a Mbappé, su jugador favorito. Todo estaba listo, el joven estaba decidido a ganar el premio al mejor disfraz y para esto hasta convenció a un amigo para que se disfrazara de transexual, o sea, para que nomás se vistiera de mujer, y la hiciera de su novia.

Los dos amigos llegaron medio chiveados a la fiesta, pues estaban agarrados y robaron todas las miradas. Gael incluso se pegó un pepino en el muslo con masking tape para que se le marcara en el short, dándole más realismo a su caracterización, pero no tardó en darse cuenta de que nadie lo veía por su increíble disfraz, sino porque acababa de cometer un acto de racismo atroz y totalmente reprobable llamado “blackface”, o séase, pintarse la cara de negro ignorando por completo la posible indignación de todos los afrodescendientes presentes en esa quinta de Apodaca, Nuevo León, lugar de la fiesta.

Entre gritos de «racista», «ignorante», «maldito haitiano», y demás insultos que despertó entre los invitados, Gael tuvo que salir despavorido, no sin antes ser sermoneado por la anfitriona que le explicó, con la boca temblando del coraje, que era un tema delicado y algo de lo que debería avergonzarse.

Los videos que circulan en redes muestran al joven cabizbajo y humillado esperando su DiDi, pero fuera de eso, no sabemos qué ha sido de él ni si ya se quitó el betún de calzado, o al menos el pepino de la entrepierna. Por otra parte, su amigo se ganó dos caguamas por premio al mejor disfraz y ya lleva cuatro días vistiéndose de mujer.

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