«Soy mi propio tripié»: Denuncian por acoso a fotógrafo de desnudos artísticos

Desde que cualquier persona con un celular que no sea Android puede tomar fotos bastante decentes, los fotógrafos “profesionales” se han convertido en seres incomprendidos. Nadie sabe realmente cómo pasan sus días ni cómo se ganan la vida, además de que despiertan muchas sospechas porque casi todos cumplen con el perfil de un asesino serial.

Aunque algunos de estos personajes siguen generando ganancias con su oficio, como los fotógrafos de algunos periódicos, o los que se especializan en bodas, que luego capturan el exacto momento en el que te estás atragantando con puré de papa, muchos han optado por renunciar a aquello de «vivir de tú pasión» y ahora, como cierto partido en el poder, se aprovechan de una cámara para cumplir sus más retorcidas fantasías.

Con esto nos referimos a esos fotógrafos «eres arte, amiga», que quizás llegaron muy tarde para ganarse el privilegio de trabajar en la Revista H, pero muy temprano para ofrecerles sesiones coquetas, cashondillas, atrevidas, de esas que hacen que los reporteros de espectáculos digan «ENCENDIÓ LAS REDES SOCIALES», a muchachas que, por sus habilidades pedagógicas, no desaprovechan la oportunidad de enseñar en redes sociales.

Se ha viralizado el caso de Yaretzy Garzón, una chica de 22 años quien, cumpliendo con la regla de que todas las mujeres con una “y” en su nombre están muy nalgonas, se ha hecho de algunos seguidores por subir fotos de su perro en Instagram.

Cansada de que, entre todos los fueguitos que le reaccionaban, siempre hubiera alguien criticando su espejo sucio, su cuarto todo tirado, o su pared verde menta semidescarapelada, se dejó apantallar por @JuanHotPic69, quien usando términos como «balance de grises», «corrección de color» y «distancia focal», la convenció de modelar en una sesión profesional totalmente gratuita que incluiría un «desnudo artístico», o sea, un desnudo normal, pero en blanco y negro.

El gran día llegó: Yaretzy se depiló hasta donde ninguna cámara alcanzaría a enfocar, se mantuvo en ayunas todo el día para conservar su abdomen mañanero, y practicó distintas poses en su espejo sucio antes de salir a encontrarse con este extraño sujeto.

La joven comenta que, al llegar al departamento donde le harían la sesión, se empezó a incomodar porque se dio cuenta que, irónicamente, su fotógrafo no tenía filtro. Después de que le hiciera comentarios como «esta es mi cámara… pero ahorita vas a conocer mi recamara», o, siguiendo la misma línea, «esta es mi cámara… pero ahorita vas a conocer mi camarón», pocas eran las ganas de desnudarse frente a él, pero «ya estaba ahí», pensó, por lo que siguió sus indicaciones y empezó a posar.

«Fue horrible… en verdad no había necesidad de que él también se desnudara», comparte la joven, describiendo cómo @JuanHotPic69 se quitó la ropa y empezó a bromear diciendo «soy mi propio tripié», entre risas.

Fuera del momento más incómodo de toda esa tarde, que fue cuando el ahora apodado “fotógrafo cachondo” puso el temporizador de la cámara y se le abalanzó en bolas diciendo «FOTO LOCA», algo que la hizo sentirse «bastante sucia», la joven asegura que en ningún momento se sintió en un peligro real, pero que sin duda fue un caso de falta de profesionalismo.

«MIS DESNUDOS EN MI PERFIL», agregó, dando a entender que, con todo y todo, las fotos quedaron perritas.

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