Una terrible decepción fue la que sufrieron muchas personas que admiraban a Optimus Prime, el heroico líder de los Autobots, al verlo con la voz temblorosa siendo intimidado por policías municipales que lo hostigaban por estarse tomando fotos con niños en el Parque de la Mejorada, en Mérida.
Esto por no contar con permisos del ayuntamiento para realizar dicha actividad, además de traer su tarjeta de circulación vencida. Aunado a que, al ser un automóvil/humanoide, estar dentro de la plaza infringe el reglamento de tránsito, Optimus estaba siendo bombardeado con constantes «por eso, joven» que lo ponían en una situación bastante desfavorable.
Con un estado físico evidentemente desmejorado, un proceso de oxidación que muchos le adjudican al paso de huracanes en tierras yucatecas, el icónico robot alienígena intentó convencer a los oficiales de que no estaba haciendo algo malo, enfatizando que cuando no tiene forma de tráiler tiene derecho a ser un transeúnte como cualquier otro.
Corren a Optimus Prime del zócalo de Mérida 😅 pic.twitter.com/zSrFGfwiKU
— 🇲🇽 México Mágico ✨ (@EnMexicoMagico) October 16, 2024
Como muestran las imágenes, de poco sirvió que el ahora Optimus “N”, con todo y que les dobla la estatura, le apostara al diálogo antes de optar por ponerse violento.
A pesar de que los policías dejan trabajar sin problemas a otros Transformers que se ponen a partir de las 10 de la noche en algunas esquinas de calles aledañas a ese mismo parque, los elementos municipales no quisieron dar su brazo a torcer y le rompieron la ilusión a los niños que esperaban tomarse una foto con su ídolo, quien aparentemente lleva tiempo radicando en Mérida, pues tiene acento yucateco y emana un fuerte olor a panucho y anís al hablar.
No tardaron los oficiales en inventarse cada vez más infracciones, y hasta insinuar supuestos vínculos con el narcotráfico, cuestionando si tenía algo que ver con un tal “Carro Quintero”.
Es lamentable ver cómo un espíritu libre, un justiciero ejemplar, un personaje majestuoso como él, termine siendo opacado por la burocracia e ineptitud del sistema de justicia en México. De momento se desconoce su situación jurídica, pero todos nos preguntamos lo mismo: ¿Se lo llevaron a los separos o al corralón?
Donde sea que haya pasado la noche, esperamos que no le hayan checado el aceite.