En un acontecimiento más que no se esperaban los «nopodiasabersistas», un grupo de trabajadores del Poder Judicial decidió que el rugir de los motores de la Fórmula 1 no sería el único sonido en el Autódromo Hermanos Rodríguez este fin de semana. Cargados de pancartas y una buena dosis de indignación, se congregaron en la puerta 6 del recinto para hacer visible su rechazo a la reforma judicial. Pero en una maniobra digna del gobierno autoritario para el que van que vuelan, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) les aplicó la clásica del encapsulamiento, con entre 40 y 50 policías, impidiéndoles cualquier movimiento a los rijosos trabajadores. No fueran del crimen organizado porque ni hubieran llegado tan rápido ni hubieran sido tantos.
La jueza Mónica Pérez Arce, en un acto de resistencia digno del podio que nuevamente no consiguió Checo Pérez, transmitió en vivo el momento en que ella y sus colegas, atrapados en un pequeño cuadrante, trataban de entender por qué, en lugar de permitirles manifestarse, los tenían rodeados. Con una gran manta que rezaba: «Nadie se burla de los mexicanos, nada más Morena» y un megáfono, los peligrosos trabajadores se manifestaron, pero nada más en el reducido espacio en que les dieron chanza los gallardos oficiales.
Las redes sociales, claro, no dejaron pasar la escena: jueces rodeados de policías frente al glamuroso evento de la Fórmula 1, mientras en otros estados el crimen organizado no tiene ni la mitad de atención de las autoridades, fue la comidilla dominguera de los desquehacerados. Los comentarios no se hicieron esperar, con usuarios que ironizaban sobre la «peligrosidad» de los jueces que solo portaban pancartas y megáfonos. Algunos incluso sugirieron que si el Poder Judicial hubiese llegado en monoplazas o con cascos de carreras, tal vez habrían pasado desapercibidos entre la multitud.
«Una jueza y tres trabajadores encapsulados con todo el poder de la SSC. Supongo que a Culiacán mandarán tanques. Para la otra vamos a invitar a la mamá del Chapo o a uno de sus hijos, para que no nos hagan nada», escribió en redes otra jueza, solidarizándose con sus colegas atrapados, mientras se emperraba por el pésimo arranque de nuestro Chequito Pérez, quien, como México, ya chupó faros.
Mientras tanto, el Gran Premio sigue su curso, y aunque los jueces no obtuvieron el apoyo que esperaban, parece que este suceso al menos les dio más visibilidad que si los hubieran dejado quejarse. Además, dejaron en claro que, aunque encapsulados, su protesta resonará más allá del Autódromo, quizás hasta Palacio, donde la Doctora no ha tenido ni un fin de semana de descanso con tanto desmadre que le dejó el Licenciado.