Si después de cada primera cita sales con la sensación de que más te hubiera valido no salir de casa, quizás no se trate solo de tu mala suerte en el amor ni de los astros alineados en tu contra. Podría ser que estás metiendo la pata en uno de esos errores de primerizo que, en vez de acercarte a segunda base, te mandan directo la friendzone, o sea, a ser un «pagafantas», para los que no dominan el idioma. Para evitar que la historia se repita una vez más, nuestro equipo de expertos en las artes del romance y científicos del «verbo mata carita» se dieron a la tarea de profundizar en los cinco errores fatales que debes evitar si no quieres que ella solo te recuerde como la relación más corta de su vida.
- Hablar de tus ex como si fueran personajes de una telenovela. Sabemos que la historia de tu ex chisqueada y el tórrido drama del «exnovio en la cárcel» puede sonar tentador. Pero créenos, el chisme barato queda mejor entre amigos, no en una cita en la que intentas parecer un tipo interesante. Si te lanzas con la telenovela de tus relaciones pasadas, lo más probable es que ella te vea como el protagonista de cualquier serie chafa que no termina. Además, si te quejas tanto de tu ex, pensará que en cualquier momento podrías hacer lo mismo de ella. Mejor, guarda ese show para otra ocasión, por ejemplo, para cuando ya RIP INRI.
- Hablar de tus habilidades de Don Juan. Otro error clásico es creer que tu «sabiduría milenaria» sobre el arte de conquistar le va a encantar. Comentarios como: «Yo sé cuándo una mujer está interesada» o «Nadie besa como yo» son más cringe que seductores y hasta la harán pensar que has besado a mucho vato. Porque si de verdad fueras un experto en el tema, no andarías alardeando. Es más, seguro que si ella hace que te acerques y sueltas uno de esos «sabios» comentarios, en su mente ya te puso la etiqueta de pendejo. Recuerda, compadre, las mejores habilidades de conquista no se dicen, se demuestran… o se inventan en el momento.
- Ir directo al compromiso. Nada más sexy que asomarse al futuro… o al menos eso piensan algunos que creen que hablar de compromiso en la primera cita los hace ver como una apuesta segura. Pequeño detalle: hablar de matrimonio, hijos o de cómo se vería ella de blanco es lo más espanta citas del planeta. Si estás buscando un compromiso a toda costa, puede que termines consiguiéndolo… pero con alguien que ni te gusta. Lo mejor es mantener la plática en el presente, y ya después, como en unos 20 años, verás si en el futuro hay que mencionar esas palabras mayores.
- No parar de mirar el celular. No hay nada más deprimente que ver a tu cita, toda emocionada, mientras tú miras la pantalla como si esperases el mensaje del mismísimo Elon Musk. A menos que estés esperando una noticia de vida o muerte, el teléfono puede quedarse guardado. Porque si te la pasas mirando el WhatsApp, lo único que lograrás es que ella también saque el suyo… y a diferencia de ti, ella probablemente tiene más prospectos en la bandeja de entrada. Así que mejor concéntrate, porque si estás desconectado, lo único que vas a lograr es que ella también lo esté, pero contigo.
- Ponerte romántico y hablar de los nombres de tus futuros hijos. Ya sé, ya sé: quieres mostrarte como alguien serio que no anda con jueguitos. Pero comentar «nuestra futura hija seguro se llamará Britanny» es como acelerar en una carretera llena de baches. La mayoría de las personas prefiere vivir el momento y no imaginar a su cita como el padre de sus hijos en la primera cena. Además, si crees que va a sentirse halagada, piénsalo dos veces. Lo más probable es que termine espantada, y al día siguiente le cuente a sus amigas sobre el «intenso» con el que salió. Deja los nombres de futuros hijos y las declaraciones de amor eterno para una segunda o tercera salida, por tu bien.
Así que, si quieres sobrevivir a la primera cita y tener alguna posibilidad de alcanzar, al menos, la primera base, evita estos errores fatales. Mantén la conversación ligera, interésate de verdad en ella, y deja los dramas y futuros «hijitos» para después. A veces, el mejor truco es ser uno mismo, pero sin lanzarse como si fueras el protagonista de una novela romántica de Televisa. Quién sabe, con estos consejos, quizá hasta te encuentres pisando el home run antes de lo que piensas.