Diciembre, esa época del año donde las oficinas, las escuelas y hasta las tandas se llenan de intercambios de regalos que más parecen castigos divinos, pero peor es nada. Sin embargo, ¿qué pasa si el destino —o un sorteo amañado— te pone en el camino de la morrita que te quita el sueño, o mejor, aparece en tus sueños húmedos? ¿Le regalas algo común y corres el riesgo de ser olvidado como el relleno de tamal o te luces con un detalle coqueto que la haga pensar: «Hmm, este vato no está tan mal y le echa ganas»?
Como sabemos que ya andas en eso de las posadas, nuestro equipo de científicos de las dick pics y nudes, con apoyo de nuestros expertos en el piquete de cosquillas en la oficina, aquí te traemos los cinco regalos que, bien aplicados, podrían convertirte en el siguiente en la lista de deseos de la morrita chida de la oficina. Así que inviértele a esa persona especial y a la lectura, aunque leer sea para maricas.
- Una vela aromática, pero con mensaje subliminal. Las velas son perfectas: prácticas, elegantes y no comprometen. Pero si quieres que la morra capte tus verdaderas intenciones, elige una con aroma a vainilla, calzón usado o algo que diga «te quiero poner en cuatro, morra». Busca una que venga además con frases estilo: «Me la pones bien tiesa» o «Ando como birote de tres días». Total, el no ya lo tienes y quién sabe y diga que sí.
- Un libro coqueto. Por nada del mundo le regales «Cien años de soledad», que luego va a pensar que eres un romántico muy aferrado (y no en el buen sentido). Opta por algo ligero, pero que tenga un mensaje intrigante, tipo: 50 sombras de Grey o el Kamasutra. Eso sí, evita libros de autoayuda; no queremos que piense que le estás diciendo que necesita mejorar su vida. Y, por favor, olvida los libros de astrología, a menos que quieras que te pregunte por tu signo y termine diciéndote tu horóscopo.
- Una taza personalizada y pícara. Las tazas siempre son un regalo básico y culero, pero con el diseño correcto, pueden ser un golazo. Opta por una dick pic acompañada con frases como: «Para que pienses en mí al tomar tu café» o, si te quieres poner arriesgado: «Negro y con lechita, como te gusta».
- Chocolate artesanal en forma de pito. Nada dice «me importas» como un detallito dulce, y qué mejor si tiene forma de lo que realmente quieres darle. Pero aquí no estamos hablando de los Ferrero que venden en el Oxxo. Compra chocolates artesanales que vengan con sabores exóticos como lavanda, sal de mar o maracuyá, pero utiliza tus dotes de manualidades de la primaria y dales forma de tu pito en tamaño real. Si puedes, acompaña tus «dick chocolates» con una tarjetita que diga algo como: «Un dulce detalle para alguien igual de especial» o «Espero que lo disfrute en cada chupada».
- La (no tan) inocente dick pic creativa. Si estás en confianza y sabes que la morrita tiene un buen sentido del humor (y no te va a reportar al departamento de recursos humanos), puedes optar por un regalo digital, pero hazlo con estilo: no mandes una dick pic común y corriente, sino algo artístico y, obvio, en blanco y negro. El objetivo es que se ría, porque donde entra la risa, entra la longaniza, y que te vea como alguien ingenioso, no como el calenturiento que eres.
Recuerda, este intercambio puede ser tu gran oportunidad o tu completo fracaso. Un regalo bien pensado dice: «Me interesas, pero no soy intenso», mientras que uno genérico grita: «No me importa lo suficiente». Así que, échale ganitas, invierte un poquito y deja que el destino —y tu encanto personal— hagan el resto. ¿Quién sabe? Quizás el próximo intercambio no sea de regalos, sino de fluidos.