La comunidad científica internacional se encuentra en estado de euforia luego de que varios astrónomos afirmaran que la espiral luminosa vista recientemente en el cielo europeo podría ser la primera manifestación visible del «esfínter divino», una entidad cósmica que, según las teorías más recientes, se encargaría de regular el tránsito de materia oscura entre dimensiones.
«A simple vista, parecía un cohete lanzado por SpaceX, pero si analizas bien la forma, la estructura y la clara disposición circular, te das cuenta de que lo que estás viendo es básicamente un ano celestial o, como nos gusta llamarle una “ano-malía”. Creemos que puede tratarse de un portal sagrado a través del cual el universo evacúa energía residual, o sea, popó divina», explicó el Dr. Hortensio Canales, astrofísico mexicano que colabora en la Universidad de Anatolia, mientras mostraba imágenes de la espiral con una cara de antojo que no pudo disimular.
La aparición del llamado «esfínter divino» ha reavivado la disputa entre la comunidad científica y las asociaciones de terraplanistas, quienes aseguran que la espiral no es más que «pedo estelar» emitido por la bóveda celeste como señal de advertencia ante el cambio climático. Pero eso solo lo ha manifestado pura gente pendeja.
Por su parte, varios científicos han señalado que la espiral fue causada por el cohete Falcon 9 de SpaceX, lanzado en una misión ultrasecreta del gobierno de Estados Unidos. Elon Musk, sin perder oportunidad, se adjudicó el fenómeno en Twitter, declarando: «Claro que fue SpaceX, amigos. A esta altura, si aparece Juan Gabriel en una tortilla o mi pito en el ano de cualquier progre también me lo atribuyen. Pero hey, si esta espiral se parece a un culo cósmico, entonces, ¿quién soy yo para negar que estamos cagando la galaxia a base de criptomonedas?».
Por su parte, El Vaticano, fiel a su postura abierta y contemporánea, no ha tardado en pronunciarse. El cardenal Giacomo Del Trassero sugirió que la espiral podría ser una señal divina: «Nosotros siempre hemos hablado de la mano de Dios, pero nunca habíamos contemplado la posibilidad de su ano todopoderoso. Tal vez el Creador nos está diciendo que es hora de liberar todo aquello que nos aflige, o tal vez simplemente ha sido un guiño cósmico para recordarnos que todos somos polvo de estrellas y, eventualmente, caca espacial», concluyó, mientras recomendaba orar para pedir que el fundillote celestial no suelte ningún demonio pestilente.
Mientras la comunidad científica se divide entre los que defienden la hipótesis del esfínter galáctico y los que insisten en la explicación del cohete de SpaceX, una cosa es clara: la espiral luminosa ha dejado claro que, a nivel cósmico, todos somos apenas una pequeña flatulencia estelar en un cosmos que, aparentemente, también tiene que cagar de vez en cuando.