Con la túnica aún húmeda del sudor de nervios, la cola sudada (por obvias razones) y los pies encallados por andar en sandalias de tianguis, Kevin Josué, joven de 23 años perteneciente a la comunidad LG TV y autodenominado «cristiano no practicante, pero sí fotogénico y pasivo», protagonizó una de las escenas más comentadas previo a la Pasión de Cristo este año: su propia huida dramática antes de ser clavado —literalmente— a una cruz de tamaño industrial, justo frente a la mirada confusa de los devotos y el lente implacable de una señora que estaba grabando para su canal de YouTube.
«Yo pensé que era algo artístico en protesta por el rechazo a nuestra comunidad, con efectos de humo tipo concierto de Yuri, con una pista de música épica de fondo. Ah, y que el clavado sería en el ‘uyuyui’. Jamás imaginé que fueran tan bárbaros», declaró Kevin, temblando aún por el susto, mientras se abanicaba con una estampita de San Judas que no lo salvó ni de las ampollas ni del ridículo.
Según fuentes internas del comité organizador de la representación —que lleva décadas azotando gente con entusiasmo parroquial—, Kevin se retiró justo cuando uno de los coordinadores le explicó que no solo tendría que cargar una cruz de 50 kilos durante más de 2 kilómetros, sino que también sería amarrado, fingiría latigazos y, si le daba tiempo, debía memorizar un par de líneas como «¡Ten piedad de mí!», sin soltar la cruceta.
«En ese momento me di cuenta de que cuando decían ‘te van a clavar’, no se referían a otra cosa más que a mis manitas y piecitos a la madera y no como me hubiera gustado», confesó el joven, cuyo concepto de «pecador» venía más influenciado por los realities de Netflix que por el Nuevo Testamento.
Por su parte, la Secretaría de Cultura de Iztapalapa emitió un escueto comunicado diciendo que «la representación no puede ser interrumpida por crisis de ciertas preferencias», y recordando a los voluntarios que «si se anotan para sufrir, no esperen que los claven como ellos quieran y que no deberían quejarse tanto, como Dios manda».
Por su parte, el párroco encargado del evento declaró ante medios locales: «Mira, cada año se nos raja uno, solo que ahora le tocó a este desviado. El año pasado fue un Judas que se quería agarrar a besos subidos de tono al actor que la hizo de Jesús. Este año fue este muchachito que al parecer confundió la cruz con un dildo gigante».
Kevin, ahora retirado de la vida teatral sacra, anunció que planea redimirse produciendo una versión moderna de la Pasión en realidad virtual y más artística. «Obvio, será más inclusiva, con filtros, sin dolor físico y con la opción de resucitar rodeado de los 12 apóstoles», explicó.
