Lo que parecía una revisión de rutina para los oficiales de la policía angelina terminó en un episodio digno de una serie paranormal de bajo presupuesto. Haley Joel Osment, célebre por haber traumatizado a toda una generación con la frase «Veo gente muerta» y luego no haber hecho nada más relevante, fue detenido este miércoles tras un operativo de control en Sunset Boulevard, cuando los oficiales notaron que el vehículo del actor olía a una mezcla entre espíritu chocarrero fermentado y cenizas de sospechoso polvo blanco que, al parecer, no se trataba de maicena.
Según fuentes oficiales, durante el cateo del vehículo se encontró una cantidad considerable de polvo blanco. Cuando se le preguntó por el contenido de las bolsitas, Osment, visiblemente nervioso y con la frente sudorosa como si acabara de grabar con Bruce Willis —quien sobra decir que ya ni se acuerda del morro, ni de nada—, respondió sin titubear: «Les juro por el Dr. Malcolm Crowe que eso no es mío, es de la gente muerta que me sigue desde hace años».
Durante el interrogatorio, el actor alegó que sufre de «estrés postfantasma» y al final reveló que solo lo usa cuando quiere llegar al ‘sexto sentido’ otra vez, una condición que, según él, le impide llevar una vida normal desde que fue nominado al Óscar antes de saber cómo afeitarse. «Miren, si ustedes se hubieran enterado de que su psicólogo en la película estaba muerto desde el principio estarían igual», comentó antes de intentar escaparse sin éxito.
El descubrimiento de las sustancias ha reavivado el debate sobre el destino trágico de los actores infantiles, quienes, después de años de fama y cámaras, terminan hablando con espíritus, pericos o productores de telenovela. «Queremos que el jurado incluya al menos tres entidades, un médium certificado y la señora que lee cartas afuera del Metro Insurgentes», defendió su abogado, quien ya presentó una solicitud para que el juicio se celebre en un tribunal conducido por Carlos Trejo.
Las autoridades no han confirmado si Osment permanecerá detenido o si será enviado a una institución psiquiátrica o a un set de Shyamalan, lo que sea más perturbador. Mientras tanto, las redes sociales se han volcado en su apoyo con la campaña #FreeHaley, en la que los usuarios piden que se legalice el contacto paranormal para que niños ex estrellas puedan dialogar con el más allá sin terminar drogados en el más acá.
En una última declaración desde su celda, Osment insistió en que todo esto es un malentendido: «Yo no consumo, solo canalizo. Si alguien se está metiendo algo, son los muertos. ¿O qué, creen que hablan conmigo de a gratis?».
