«Ni de chiste dan el ancho»: Empresas descartan considerar ‘desempeño sexual’ como indicador para ascensos laborales en varones

En una noticia que dejó a más de alguno lamentando sus esfuerzos para convertirse en un Don Juan, la Confederación de Empresas Mexicanas (Conemex) emitió esta semana un comunicado en el que se informa que las empresas no contemplarán el ‘desempeño sexual’ como criterio para ascensos laborales, luego de concluir que la mayoría «ni de chiste dan el ancho» y que medir ese aspecto no representaría ningún impacto en la productividad, ni siquiera el de la cama.

Según el informe, se evaluó la posibilidad de aplicar un sistema piloto que cruzara métricas de vigor en la cama con liderazgo corporativo, motivación de equipos y control de juntas maratónicas sin perder el aliento. Sin embargo, los resultados fueron devastadores. El 78% de los hombres encuestados aseguraban «ser unos tigres» en la cama, pero sus parejas reportaban «terminado prematuro, desempeño intermitente y nulo enfoque en el cliente».

«Muchos llegaron con la idea de que su ‘potencia’ era sinónimo de liderazgo, pero a la hora de demostrarlo, ni el PowerPoint les levantaba», comentó Leticia Urbina, directora de Recursos Humanos de Conemex, mientras hojeaba currículums empapados en Axe.

Uno de los grandes obstáculos, según las empresas, fue la sobreestimación masculina de sus propias capacidades. «La mayoría dice que duran, que son multitasking, que resisten turnos dobles, pero bastó una encuesta anónima a sus exparejas para derrumbar esa fantasía: 23 segundos promedio de entusiasmo. No dan para más», reveló el estudio.

Ante este resultado, no faltaron las reacciones dolidas. Varios hombres que habían estado apostando todo a su talento de macho alfa quedaron profundamente desencantados. «Yo siempre pensé que mi rendimiento podía ser una extensión de mi liderazgo; ahora resulta que no me ascendieron porque no sé trabajar en equipo, no porque no le echo ganas en la cama. ¿Acaso creen que es fácil aguantar más de 1 misisipi?», confesó Omar Gómez, quien ahora busca empleo «más flexible, como Uber o comentarista deportivo».

Algunos incluso intentaron apelar la decisión. «¡Exijo una segunda opinión!», gritó uno en una junta de evaluación, mientras mostraba capturas de su chat con ‘La Jenny de Finanzas’. «Ella me dijo que soy una bestia», añadió, sin notar que el mensaje venía acompañado de un emoji de changuito tapándose los ojos y sticker de Bob Esponja decepcionado.

De momento, las empresas han decidido priorizar indicadores como inteligencia emocional, trabajo en equipo y capacidad de no enviar nudes en horario laboral. El «potencial de cama» quedará reservado para otro tipo de puestos, más bien informales, en los que sí se valora el esfuerzo a corto plazo.

Acerca de Fede

Fede

Escritura creativa, lingüista y estudioso de escrituras experimentales.