«Me dijo que el problema era yo y me botó»: ¿Andas con el ‘corazón partío’? Te traemos los 5 consejos definitivos para superar ese cortón que te trae todo apachurrado

Lo sabíamos desde el primer «oye, tenemos que hablar», pero tú no quisiste ver las señales: que ya no te contestaba con emojis, que se tardaba cinco horas en responder un «hola» o que usaba más el «jajaja» que el «te amo». Y ahora aquí estás: más solo que calcetín huérfano en tendedero ajeno, preguntándote si el amor verdadero existe o si solo fue otro invento del progresismo como el Nutella sin azúcar.

Respira hondo. No estás solo. Bueno, sí, pero nada más tantito. Y por eso, nuestro equipo de científicos y expertos en cortones amorosos se dieron a la tarea de indagar en la pendejez humana para traernos los 5 consejos definitivos que todo vato debe seguir para no terminar llorando por un amor mal correspondido con un six de caguamas mientras escucha «Tusa». O sea, sin pedo, pistea las caguamas que quieras, nada más que sin llorar por esa mujer que no supo apreciar tus sacrificios.

1. Llora, pero como macho: en silencio. Aceptémoslo: sí duele. Duele como un zapato nuevo sin calcetines, como condón roto un domingo en la noche. Pero eso no quiere decir que vas a andar moqueando en Instagram, posteando frases de Paulo Coelho con fondo de atardecer. Llorar está bien, pero hazlo con dignidad. Pégate una lloradita rápida en la regadera, pon la de «Y cómo es él» en versión acústica, y luego sal como si no hubiera pasado nada.

2. No la stalkees. No hay peor veneno que andar viendo cómo tu ex ya está subiendo historias con su nueva víctima, comiendo sushi mientras tú tragas sopa Maruchan con camaroncitos de juguete. Y ni de pedo se te ocurra abrir una cuenta falsa para ver sus estados sin que se dé cuenta. Suelta y mejor ve por aquella muchacha que sí está en tu liga.

3. No regreses por las sobras. Todos hemos estado ahí: a las 2 de la mañana, con la autoestima por los suelos, el frío calando y las ganas de escribirle un «extraño tu aroma» mientras escuchas rolitas de Nodal. Pero no lo haga, mi compa. No seas esa persona. No vuelvas a ese terreno baldío donde ya no crece ni el respeto. Si ella ya dijo «adiós», no busques que diga «bueno, tantito». Recuerda que el amor no se mendiga. Se un hombre.

4. Desahógate con los compas. Sí, necesitas hablar. Pero elige bien a tu audiencia, porque si te juntas con puro dolido, vas a terminar en un grupo de WhatsApp llamado «Soldados caídos» compartiendo memes de Piolín o en algún grupo de ayuda del Temach. Sí, tú eres el premio, pero recuerda que siempre hay otras muniers que te pueden valorar.

5. Redescúbrete. Está bien que quieras trabajar en ti. Ponte guapo, cuida tu cuerpo, aprende algo nuevo, pero no empieces a subir fotos frente al espejo con frases como «el dolor me hizo más fuerte» o «viviendo, no sobreviviendo». Tampoco te hagas tatuajes filosóficos en latín si ni siquiera sabes conjugar el verbo «amar». Mejor sal, viaja, cómete unos tacos, aprende a cocinar algo más allá de huevo con salchicha.

A veces el amor no alcanza, y a veces simplemente te tocó ser el vato de transición entre el tóxico y el sugar daddy. Lo importante es que aprendas a soltar, te limpies las lágrimas y sigas caminando con la frente en alto y el corazón listo para una munier de bien.

Acerca de Fede

Fede

Escritura creativa, lingüista y estudioso de escrituras experimentales.