Sabiendo perfectamente que las películas de terror abren todavía más portales infernales que escuchar discos de heavy metal al revés, un sacerdote se encargó de repartir agua bendita para «anular cualquier maldición» durante una premier de «El Conjuro 4″… probablemente la película que más pesadillas provoque este año (solo después de Mirreyes vs Godínez 3).
De esta manera, muchos peliculones (los que se asustan con películas) pudieron disfrutar de la proyección con la seguridad de que ninguna entidad los iba a seguir a casa, ni probarían los resultados del Duolingo del inframundo: hablar lenguas muertas en cuestión de minutos. Esperemos que en los cines mexicanos hagan lo mismo, las bendiciones que dejan embarradas en las butacas de atrás no alcanzan para combatir las fuerzas del mal.
