Si eres más feo que la parte de atrás de un refrigerador, es probable que te beneficies de la nueva tendencia entre muchas chicas con complejo de trofeo: el Shrekking, práctica que, inspirándose en las películas del entrañable ogro, consiste en darle una oportunidad a alguien poco atractivo (cara de quiste) para que pague este acto de caridad con un trato de princesa y una lealtad absoluta.
En pocas palabras, buscan ser la Fiona de su Shrek. Suponemos que también están dispuestas a mudarse a su pantano y compartir el burro, o recrear esa icónica escena en la que sellan su amor intercambiando una soplada de sapo por una de serpiente. Y no hablemos de lo de hacerle tres chamacos: el «más vale afuera que adentro» no aplica con todo.
