Seguramente influenciado por fuerzas oscuras, un hombre acudió a una misa en la Basílica de San Pedro en el Vaticano dispuesto a cumplir lo que podríamos llamar una “micción imposible”: orinar en el Altar de la Confesión.
Como tu compañerito autista de la primaria, este sujeto se bajó los pantalones hasta los tobillos, horrorizó a los turistas con lo que claramente no era la cola para comulgar y se preparó para profanar el recinto sagrado… algo que afortunadamente impidieron agentes vestidos de civil que lo sacaron rápidamente del lugar.
Aunque no se encontraba oficiando la misa, el Papa León se dijo “conmocionado” por lo sucedido y ordenó que se celebrara un “acto de reparación” para restituir la santidad del lugar. También se informó que el detenido sufre una discapacidad grave y fue puesto a disposición de las autoridades italianas, probablemente necesitando un cambio. Sí te tocaba, carnal. Rest in piss.







