Imaginen fusionar al Komander y a Ricardo Peralta. Ambos personajes parecen no tener nada en común, pero se ha vuelto evidente que los buchones y los gays son más parecidos de lo que uno pensaría… empezando porque a ambos les gusta estar enfierrados.
Desde que los buchones comenzaron a inhalar cocaína rosa, también llamada «coquette», cada vez es más común ver individuos del tipo «buchi-jochis»: la nueva estética juvenil que combina la onda arremangada con la onda afeminada.
Esto no significa que cambien los corridos tumbados por los «corridos desviados», ni los ramos buchones por los rozones de tallo grueso, sino que han conectado con un nuevo tipo de masculinidad que les permite que «te voy a levantar» deje de sonar como una amenaza y se empiece a sentir como un simple acto de cortejo. Debimos verlo venir, después de todo siempre han tenido una afinidad por las selfies, la ropa de marca y las mariconeras.







