Por: becario EAD
La actriz y comediante, Michelle Rodríguez, conocida por tener la sangre ligera pero el cuerpo pesado, ha luchado abiertamente contra la «gordofobia» y ha aprovechado su posición como mujer cis(terna) para darle voz a aquellos a los que, aunque ocupan más espacio, no se les ha dado su debido lugar en la sociedad.
Recientemente, la firme [sic] defensora del «Body Positive» compartió algunas fotos en sus redes sociales, donde nos dejó ver una increíble transformación física que confundió a su grueso de seguidores, quienes se sintieron terriblemente traicionados.
Su notoria pérdida de peso desencadenó una serie de comentarios de personas que parecían no estar muy contentas con que Michelle los abandonara en su lucha contra la ropa de Zara, las porciones pequeñas, los asientos de avión, la tiroides y el autocontrol, entre otros enemigos de la gente de cuerpo diverso.
Algunas reacciones que Michelle provocó entre la Comunidad del Anillo Periférico fueron: «Su belleza no era tan real como decía», «Todas terminan normándose el cuerpo», «Definitivamente cayó de mi grasa [sic]».
La actriz respondió que está pasando por un proceso de aceptación en el que ha decidido amarse a sí misma de una manera distinta a la que acostumbraba, pues aunque entiende que cada cuerpo es diferente, no puede hacerse de la vista gorda al notar cómo a veces los malos hábitos afectan la salud de las personas.
También aclaró que, aunque haya perdido volumen, no va a dejar de hacerse escuchar para visibilizar el impacto negativo que tienen las opiniones sobre los cuerpos ajenos y seguirá celebrando la «diversidad corporal».
«O sea que aunque ya no esté tan gorda, va a seguir cayendo», concluyeron los más gordofóbicos del equipo de redacción de EAD.






