El día de ayer a muchos nos quedó claro quién será el siguiente mexicano galardonado con un Premio Pulitzer. Esto tras la magistral entrevista que le propinó Adrián Marcelo a la señora Crista, mamá de Gala Montes y Beba Montes, y prueba indiscutible de que Dios sí castiga dos veces.
Esto no solo demostró que Yordi Rosado corrió vestido de abejita para que él pudiera volar, sino que también evidenció que Adrián puede hacer mejor trabajo que cualquier otro periodista de espectáculos de este país, empequeñeciéndolos al punto de que Adela ya no completa ni la Micha, y Gustavo Adolfo pasó de Infante a un simple cigoto.
Dicho esto, nos disponemos a hacer un pequeño resumen para todos los que no vieron el video porque les molesta el humo del porro de El Ajedrecista:
Capítulo 1: LAS DISCULPAS
En la primera parte de la entrevista vemos a una señora Crista escéptica, con la guardia arriba como cualquier persona que ha sido golpeada por la vida (o por sus dos hijas). Adrián, con su don de gentes, se disculpó por todo el daño indirecto que pudo haberle ocasionado al pelear con Gala y se dedicó a construir un puente de empatía y compasión. Fue ahí cuando la señora Crista entendió que no es un chico malo, solo quiere ser él mismo y, como Diego Verdaguer, bajó la guardia.
Capítulo 2: EL DISTANCIAMIENTO
Mientras Adrián se volvía cada vez más asertivo y adquiría habilidades sobrehumanas al consumir su hierba, como Popeye el Marino, la señora Montes compartió cómo fue que Gala pasó de ser una niña obediente, dulce y alegre, a ser rebelde, contestona y agresiva… todo esto tras contraer una terrible enfermedad: el virus woke.
Capítulo 3: EL CEREALAZO
En esta parte la señora Crista le confió a Adrián, y a todos nosotros, que su ardua labor de ser mamá luchona, sus hijas se la pagaron queriendo luchar contra ella. Gala llegó a su casa esperando unas de harina “para la muñeca”, pero su madre, como cualquier mamá lo haría, no la recibió con el banquete que esperaba y le aplicó un “aquí no es restaurante”.
Después de invitarla a comer lo que había en la casa (confleis), solo sintió un manotazo de padrastro que haría volar el plato de cereal que se andaba cenando. Aunque intentó defenderse con una palmada correctiva, Gala le acomodó unos “TÁCARA, TÁCARA” en la pura cara mientras Beba Montes la sostenía, como si fueran unos estatales en pleno interrogatorio. Así fue como la señora Montes aceptó ser la villana de una historia mal contada y que sus dulces princesas son sus agresoras. Lo que niegas te somete; ella ya no quiere ser sometida.
Capítulo 4: UN NUEVO COMIENZO
Sus hijas le retiraron el habla y la tienen desamparada, está viviendo de un préstamo que le pidió al banco y los medios tradicionales le dieron la espalda, pero Adrián Marcelo prestándole su espacio fue un recordatorio de que la verdad es como el pezón de una conductora de matutino: siempre se asoma en un descuido. Top 10 de villanos redimidos.
Capítulo 5: PÓKER, HUMOR ÁCIDO Y DEMÁS AFINIDADES
Como cuando un don que está a punto de jubilarse se vuelve tu mejor amigo de la chamba, Adrián y la señora Crista resultaron ser bastante afines. Después de descubrir que ambos son aficionados del póker y de quedar en echarse una manita, aunque no especificaron de qué tipo, El Ajedrecista detectó que ambos comparten un gusto marcado por el albur y, cuando se trata de humor, a Crista le entra fácil el negro. La tensión sexual era innegable. Esta parte no fue del agrado de La Chaparrita ni de Bandido Diamante.
En caso de no tener tiempo de leer esta elaborada crónica, es probable que los próximos días puedas ver un resumen en el canal de TikTok de Javier Ibarreche… porque en efecto, fue cine.
