«¡Ah, caray! ¿Cómo que se rompe si no tiene hueso?»: ¿Tu morrita ya se cansó del ‘misionero’? ¡Cuidado! Estas son las 5 posiciones sexuales que podrían romperte el miembro

Cuando eras joven y viril (o sea, hace dos semanas), pensabas que tu fiel amigo, tu compañero de mil batallas, ese «soldado» caído era invencible, incansable, imbatible. Pero ahora, que ya ye diste cuenta de que no eres máquina, y que cada que tu morrita saca el Kamasutra para variarle a la ‘de perrito’ y la de ‘misionero’, resulta que apenas y puedes levantar la pancita (ya ni decir aquello), es cuando sabes que ya todo está perdido.

Porque sí, querido atleta de colchón hundido, el pito se puede romper. Y no, no es un mito, ni una amenaza de tu abuelita, como cuando te dijo que te ibas a quedar ciego por ver perros cagando. Así que si no quieres terminar en urgencias con cara de «no sé cómo explicarle esto al traumatólogo», te dejamos aquí las 5 posiciones que, si no te rompen el corazón, al menos te fracturan la virilidad. Y claro, nuevamente, esta valiosa información se la debemos a nuestro equipo de expertos contorsionistas y científicos de las posiciones alocadas, aunque ya no las practiquen, más que nada por los achaques de la edad.

1.⁠ ⁠El taladro humano. Cuando ella se sube como si fuera a perforar un pozo petrolero, mientras tú abajo solo ruegas por tu vida. ¿El problema? Que un mal brinco, un mal ángulo, un resbalón estilo «Bambi en hielo», y adiós, amigo: suena un «crack» que no es de hueso, pero duele como si te hubieran tronado la columna vertebral. Precaución, si tu morrita pesa más que tus expectativas de vida, no te hagas el héroe. Mejor aplica el sabio refrán: «Más vale aquí corrió que aquí quedó».

2.⁠ ⁠El puente de Londres. Esta posición suena sexy en teoría: tú recostado, ella arqueada como puente medieval. En la práctica, es un llamado a la ambulancia. Entre el esfuerzo, el sudor y la falta de flexibilidad, cualquier movimiento en falso puede doblarte el pito como galleta de la suerte, pero sin mensaje bonito adentro.

3.⁠ ⁠La bacinica asesina. Suena emocionante: ella de espaldas, tú emocionado, todo muy cinematográfico, hasta que pierde el equilibrio y baja como ancla de barco sobre tu frágil complexión de palillo. El resultado más probable es una fractura en forma de signo de interrogación y la moral dañada. Así que si ves que ella empieza a hacer caballitos de rodeo, detenla. Más vale quedar en ridículo que quedar estéril. Igual ya pelearás batallas más honrosas y menos arriesgadas.

4.⁠ ⁠El helicóptero suicida. Ella gira, tú giras, todos giran. ¿Qué puede salir mal? Obvio: todo. En pleno vuelo, una mala caída puede enviarte directo a cirugía reconstructiva. Y ahí sí, aunque te cosan con hilos de oro, no te garantizan que vuelva a pararse ni de cabeza. Si no tienes más condición física que un paquete de galletas Marías, no intentes maniobras de alto riesgo. Tu pito es un civil, no un Navy seal.

5.⁠ ⁠La aplanadora de la muerte. Ella se pone en posición dominante total: pecho contra tu espalda, todo el peso sobre ti, mientras tú nomás puedes mover los ojos pidiendo auxilio en código Morse. Al mínimo mal movimiento, te puede aplastar el ‘churrito’ contra la cama como tortilla en comal. Y ahí sí, amigo, ni el Viagra ni tus ruegos a San Juditas Tadeo te van a levantar. Si sientes que el colchón se hunde más de la cuenta, recuerda que también tú puedes hundirte, pero en el quirófano.

Así que ya lo sabes: querer innovar está bien, querer satisfacer a tu morrita también, pero querer seguir teniendo erecciones el resto de tu vida, eso sí es prioridad. No te sientas menos por pedir posiciones sencillas, dignas, sin riesgo de muerte súbita. Recuerda: un pito sano tiene un dueño que sabe decir: «No, mija, ni que fuera máquina. Mejor en cucharita, que al cabo en dos o tres misisipis acabamos».

Acerca de Fede

Fede

Profesor en Escritura Creativa. Lingüista y estudioso de escrituras expandidas y poéticas experimentales.