Ahora es estéril y cachetón: joven se confunde y se hace la vasectomía en vez de la bichectomía

Sabemos que las cirugías estéticas siempre tienen un grado de riesgo. Casos como el del Shocker 1000% guapo cuando se quiso hacer el mentón, Alexis Ojitos de Huevo cuando se quiso hacer los ojos azules, o Carmen Campuzano cuando se quiso respingar la nariz, nos advierten que muchas veces, en nuestra búsqueda por embellecernos, podemos obtener resultados indeseados.

La responsabilidad por este tipo de accidentes por lo regular recae en el médico que lleva a cabo las operaciones. Tal es el caso del cirujano de Ninel Conde que ya está en la cárcel por mala praxis, pero se ha viralizado el caso de un joven que simplemente fue víctima de su propia ignorancia.

Se trata de Gerardo Farías, un chico de 24 años de edad que, cansado de que sus amigos le digan «chavoooo, chavitoooo» con voz de Kiko por estar igual de cachetón que el personaje, y de tener que sacar una foto panorámica cada que se quería tomar una selfie, decidió someterse a una cirugía para que ya no pareciera que le acababan de sacar las muelas del juicio.

El problema surgió desde que a alguien se le ocurrió nombrar a la bichectomía, procedimiento para quitar la grasa de los cachetes, de manera muy similar a la vasectomía, la operación que te corta el cableado testicular para que ya no puedas cuajar bebés.

Al llegar al consultorio, al joven le hizo un poco de ruido que el doctor tuviera un modelo anatómico del aparato reproductor masculino y un trofeo en forma de pene que decía «premio al urólogo del año», pero la emoción que le causaba por fin tener su deseado “glow up” no lo dejaba darse cuenta de que estaba en el lugar equivocado.

Mientras el médico se encargó de hacerle saber que la que estaba a punto de tomar era una decisión muy importante y podía tener efectos secundarios como pérdida del apetito sexual, un semen más insípido, aburrimiento crónico y la posibilidad de que el procedimiento sea irreversible, Gerardo hacía como que escuchaba atentamente, pero en realidad estaba imaginando cómo iba a ser su vida con la cara afiladita y sin tener que ponerse filtros en Instagram.

El resto, como su fertilidad, es historia. El joven fue sometido a la cirugía con anestesia general, por lo que no se dio cuenta de que los únicos cachetes que figuraron en la operación fueron sus nalgas, y despertó una hora después, por alguna razón más cachetón que nunca y, aparte, infértil.

Sin embargo, Gerardo ha decidido tomar todo con un humor y asegura que esta mala experiencia no lo ha desmotivado en lo absoluto:

«De todos modos siempre fumo cigarros de bolita, seguramente ya era infértil… lo bueno que me llevé una gran lección… ya programé una bichectomía para el mes que entra… más adelante también me haré una vaginoplastia porque tampoco me gusta cómo se ve mi nariz», compartió con optimismo desde su cuenta de X.

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