Bolsas, tenis y ahora gatos: China sigue innovando en la ciencia de la clonación

Por: becario EAD

Como nadie los ve —pues cuando ellos están despiertos (aunque no abran los ojos), el resto del mundo está mimidito— los chinos han hecho todo tipo de experimentos y creaciones que no dejan de sorprender a quienes vivimos en el año 2023 y no en el 2324.

Desde cosas sencillas, como replicar a la perfección los tenis Jordan que nunca se quita tu novio el «Sneakerhead» (cabeza de Snicker, en español) o la bolsa Gucci de la morra mamona del antro, hasta clonar un dinosaurio, crear una papaya con sabor a sandía (todo me recuerda a ti, morra) o, prohibido olvidar, cuando paralizaron al mundo entero creando un virus altamente contagioso en uno de sus laboratorios, los chinos se han encargado de recordarnos lo adelantados que están con respecto a nosotros, que no nos hemos puesto de acuerdo ni para crear un limón que no esté más seco que los huevos de Ben Affleck.

Lo hicieron de nuevo. Esta vez los amantes del arroz anunciaron la primera clonación de una cría de gato con tecnología propia. A pesar de que ya hay registro de clonaciones de algunos mamíferos, como la famosa oveja Dolly, vacas, perros, o Luis Miguel, entre muchos otros, lo que hace tan espectacular esta noticia es que la clonación del michi se logró únicamente con el uso de equipamientos, reactivos y consumibles chinos.

El felino nació por parto natural el domingo en la ciudad de Qingdao (Chingao, en español), ubicada en el este del país, después de 69 días de gestación subrogada, y pesó 141 gramos. Los investigadores quedaron sorprendidos al ver que el gatito era casi idéntico al modelo original: lo observaban incrédulos, tomaban apuntes y se les hacía agua la boca.

«No maaa, ¿ya desayunaron, oigan?», seguramente dijeron, pero en chino.

Se espera que este nuevo hito reduzca en gran medida el costo de la clonación de animales y contribuya aún más a la comercialización de la industria, pues ya se cuenta con miles de niños chinos que se dedicaran a replicar el proceso una y otra vez para producir mascotas de forma masiva.

A pesar de todo el alboroto, los medios reportaron que el gato duró solamente 5 horas vivo, no porque los animales clonados tengan una menor esperanza de vida, sino porque los científicos compartieron que aparte de conservar la ternura, agilidad y hasta el ronroneo de un felino no clonado, también conservaba el buen sabor y la suavidad de su carne.

Ese día se comieron carnitas rojas con chow mein.

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