Por: becario EAD
El vocalista de Zoé ha preocupado a muchos de sus seguidores tras subir una foto en la que pareciera que le cayó la voladora (y no hablamos de la nave espacial que lo trajo a nuestro planeta).
Sin la gran melena que lo caracteriza, la cual seguramente fue almacenada y manejada como un residuo altamente tóxico, y con un estilo pulcro, aseado y fresco, León Larregui dejó de parecer un chocohongo que cobró vida y desató los rumores de una posible anexión.
Apenas hace unos días, el cantante, compositor y crítico del gobierno, compartió en la plataforma X que había sido agredido a las afueras de un bar en París. Acusado de apropiación cultural debido al olor a obo que desprendía y a la evidente falta de ducha, un grupo de franceses lo atacó y le recetó una golpiza que seguramente sintió como una lluvia de asteroides y lo dejó en un profundo «arrullo de estrellas». Se rumora que ese día algo cambió dentro de León.
Su gente cercana asegura que, a raíz de ese suceso, han notado un compartimiento extraño en él: casi no ha tocado los psicotrópicos con los que se alimenta diariamente, su conversación es cada vez menos sobre constelaciones y cuerpos celestes para volverse cada vez más mundana y superficial, además de que se ha vuelto alguien más simpático y menos irritable. Pero la sorpresa más grande fue cuando un día llegó a su estudio rapado y recién duchado.
«Nos lo cambiaron… o no sabemos qué pasó. A diferencia de lo que cree la gente, no tuvimos que anexarlo. Es como si los golpes le hubieran borrado todos sus «tatoos mentales»», comentó en exclusiva para EAD uno de los miembros de su equipo.
«Sospechamos de un salto cuántico intergaláctico, pero de lo único de lo que estamos seguros es de que definitivamente es otro León», dijo pensativo mientras examinaba su alrededor, un tanto paranoico.
Es bien sabido que en este universo nada se pierde, todo se transforma… León Larregui no tendría por qué ser la excepción. Así como la luna, el cantante parece estar entrando en una nueva fase y lo mejor será darle su espacio para que vuelva a brillar, a brillar tan lindo, entre pestañas, abrazo de luna.
Un cambio externo a veces nos revela un cambio interno. Feliz cierre de ciclo, León.
