Por: Becario EAD.
Por mucho tiempo, quienes hemos acudido a comprar un pancito, un cafecito, una chelita o un vikingo a nuestra sucursal Oxxo de confianza o a la que nos queda de paso, manque sea, nos hemos preguntado por qué nunca abren la segunda caja. Algunos «economistas» mamadores han llegado a presumir que se trata de una estrategia de mercado para que la gente compre más, pero ahora sabemos la verdadera razón.
Fue este 15 de septiembre, previo a los festejos patrios, en una sucursal Oxxo de la Delegación Benito Juárez, cuando el recién contratado Brallan Aletsis Mota tomó la iniciativa de acelerar el cobro a los impacientes clientes.
Al momento de que la caja registradora se abrió para dar el primer cambio, comenzó una escalada de eventos desafortunados: a Yahritza y su Esencia les sirvieron tamales de chipilín luego de tocar una rola en el Zócalo, la no primera dama y zopilota salió vestida como mesera de Samborns y nuestro presi se volvió loco vociferando sus «vivan» y «mueran», a diestra y siniestra, sin que su público pudiera seguirle el paso.
Expertos coincidieron en que no sería la primera vez que ocurre este fenómeno y que, posiblemente, tenga relación con otros sucesos horrendos como el olor de Fernández Noroña, la voz del cantante Peso Pluma o el chile en nogada.
Una vez enterado de los hechos y luego de ser despedido de donde se robaba condones (por si tenía que repoblar el mundo), el joven Brallan Mota nos comparte: «Me quedé sin chambita, pero no me arrepiento, raza, lo hice por un buen motivo y lo volvería a hacer».
